domingo, 15 de mayo de 2011

Montaner: el pasado apestoso de un "brillante intelectual"



Carlos Alberto Montaner en 1960.

Recientemente, como residuo de la cumbre ultraderechista celebrada en Buenos Aires, bajo el paraguas de la sociedad Mont Pelerin, tuvo un fugaz e inadvertido paso por el país, invitado por la Secretaría General de la Presidencia, Carlos Alberto Montaner Suris, uno de los pesos pesados de la disidencia cubana en el exilio, a quién la nota de rigor de esa secretaría de Estado, presentó como “destacado periodista y analista político” y “respetado intelectual”.
Sea por ignorancia, cuestión dudosa, o por el característico doble estándar de la derecha, a la visita de Montaner a Chile se la “blindó”, como se dice ahora, de toda referencia a su compromiso en actos terroristas, sus vínculos con las más virulentas organizaciones anticastristas y su comprobada pertenencia a la CIA.
Tan solo para prevenir la primera de las razones, algunos antecedentes.

Bombero loco

El 30 de diciembre de 1960, a la edad de 17 años, Montaner fue arrestado por su participación en atentados con bomba perpetrados por el Frente Revolucionario Democrático/Rescate Estudiantil, junto a los otros miembros de la organización, Alfredo Carrión Obeso, Néstor Manuel Piñango Pérez y Víctor Jorge Fernández Romero.
En el domicilio de Montaner, se incautaron “cuatro detonadores, un rollo de mecha, un pomo con tres barras de fósforo vivo, dos rollos de tape, cuatro cartuchos de municiones, dos pantalones verde olivo y dos camisas de miliciano”.
En la causa 6-61, por los delitos de “estragos y tenencia de materias inflamables”, quedó suficientemente acreditada la subordinación a la CIA de esta célula terrorista, que Montaner presumía dirigir.
En la misma causa, la investigación comprobó la participación del grupo en el incendio ocurrido el día 15 de diciembre en la emisora radial CMQ en la capital; una bomba que estalló en la Universidad de La Habana que hirió de gravedad a un estudiante; el incendio del cine Cándido, de Marianao, con siete jóvenes heridos, y el atentado de la tienda Flogar, donde varios niños sufren heridas por la explosión de una bomba.
Condenado a 30 años de presidio, no por disidente, sino por terrorista, es destinado al Reclusorio Nacional para Menores Torrens, de escasas medidas de seguridad, lo que le permite escapar con facilidad unos meses más tarde, con un mercenario del Escambray, Rafael Gerada, para refugiarse en la Embajada de Honduras. El 8 de septiembre de 1961, abandonó el territorio cubano, con destino a Miami, con un salvoconducto proporcionado por la Embajada de Venezuela.

Agente de la CIA

Ya en Miami, Montaner se integra las Fuerzas Armadas y, a principios de 1963, ingresa junto a un grupo operativo de la CIA, en la academia de Fort Benning, especializada en cursos de propaganda, acciones encubiertas, comunicaciones, espionaje y operaciones clandestinas, donde compartió instrucción con otros connotados terroristas, como Luis Posada Carriles, Jorge Mas Canosa y Orlando Bosch, entre otros futuros lideres de la mafia cubana anticastrista, que más allá de su crueldad, vesania y abundante financiamiento, ha ido de fracaso en fracaso, hasta caer en el descrédito.
Después de tres años en Puerto Rico, Montaner es asignado a la España de Franco donde realiza varias tareas por cuenta de la CIA, en colaboración con la policía secreta española, la tristemente célebre CESID.
Entre otras actividades, en agosto de 1973 Montaner ayudó al terrorista Juan Felipe de la Cruz a entrar a España y atravesar secretamente la frontera con Francia para repetir en París el atentado que había realizado en Montreal el año anterior, provocando la muerte del diplomático cubano Sergio Pérez Castillo. El objetivo era el comandante de la Revolución cubana Ramiro Valdés Menéndez. Pero el que murió fue el propio de la Cruz, en su habitación del hotel Avrain, al detonar anticipadamente la bomba con que iba a cumplir su cometido.
Años después, en su libro de memorias, Los Años que he Vivido, Orlando Bosh confirmó que de la Cruz se trasladó de Madrid a París en un vehículo proporcionado por Montaner.

Organismos de fachada

Ya para esa fecha, la CIA había determinado que Montaner era más útil como cuadro intelectual que como mano de obra asesina, la cual disponía en abundancia, de suerte que lo dotó de suficientes recursos para montar organismos de fachada, ligados a los sectores más reaccionarios del franquismo y el Partido Popular, tales como la Editorial Playor y la agencia de prensa Firmas Press y posteriormente, la Unión Liberal Cubana, Plataforma Democrática Cubana y Concertación Democrática Cubana; todos los cuales han disfrutado de financiamiento tan oscuro como generoso.
La finalidad perseguida es evidente: establecer en Madrid un entramado de relaciones orientado a lograr que la Unión Europea aísle a la Revolución cubana, así como a promover la política exterior de los Estados Unidos contra Cuba en el seno de las administraciones europeas.
Es así como durante la década de los ochenta, organizó Congresos en Europa y América Latina financiados por la Directiva Ejecutiva número 77, firmada en enero de 1983 por el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, la que fue conocida internamente como Proyecto Democracia.
No sólo eso. Empresarios españoles han acusado a Integrantes de Plataforma Democrática Cubana de presiones y amenazas para obligarlos a terminar sus vínculos comerciales con Cuba. Recientemente, la revista The New Republic publicó cómo los directores de la PDC –Carlos Alberto Montaner- y FNCA –Jorge Mas Santos- entregaron el dinero utilizado para el soborno de la ex presidenta Mireya Moscoso, que permitió la fuga de Posada Carriles de Panamá.
Documentos desclasificados en 2001 revelan que Montaner mantiene nexos con la mafia anticastrista de Miami a través del organismo de fachada Representación Cubana en el Exilio (RECE), financiado y dirigido por la CIA, según reveló en Washington la investigación de una Comisión del Congreso.
Esta acusación fue confirmada por un informe del FBI en mayo de 2001, el cual puntualiza que Montaner es su máximo beneficiario en España. En la RECE, dirigentes de la FNCA entregaron cinco millones de pesetas a su colega, Posada Carriles, para la voladura de un buque cubano en el puerto de Veracruz.
Durante el gobierno de Aznar, Montaner y su agencia prosperan, conectándose tanto a la Sociedad Interamericana de Prensa, la asociación de editores de las oligarquías del continente, creada por el difunto agente de la CIA, Jules Dubois, como al Office of Cuba Broadcasting, buque insignia de Radio y TV Marti.

Operador itinerante

El hecho de haber sido liberado de la acción directa no lo inhabilita como notorio operador de la CIA. Antes bien, y de modo invariable, se involucra, aparece en los escenarios conspirativos y escribe sus columnas sobre toda operación que interesa a la compañía, empezando por la guerra civil de El Salvador.
De aquella época datan sus diatribas contra la Teología de la Liberación, el Obispo Oscar Romero y el jesuita Ignacio Ellacuría, asesinados por sus compinches de la ARENA. De hecho, amenazó a Ignacio Ellacuría, en un programa de Mercedes Milá, justo la semana antes de que fuera asesinado.
Un escuadrón de militares entrenados por la CIA, irrumpió en la UCA en la madrugada del 16 de noviembre de 1989, y sorprendió a los seis jesuitas durmiendo. Los condujeron al patio donde los ejecutaron boca abajo, con proyectiles explosivos en la cabeza.
Los sacerdotes Ellacuría, Armando López, Juan Ramón Moreno, Ignacio Martín- Baró, Segundo Montes y Joaquín López, todos profesores de la institución y defensores de la Teología de la Liberación, eran objeto de ataques constantes de la extrema derecha fascista del partido ARENA, cuyos representantes siguen activos en la política salvadoreña, y de “periodistas” como Montaner.
El diario El Mundo, de España, con base en documentos desclasificados de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, sugiere que Montaner estaba enterado de la conspiración cuando amenazó a Ellacuría, días antes del horroroso crimen.
Ese patrón se ha repetido de modo invariable en los fallidos intentos de golpe de Estado orquestados por la CIA, contra gobiernos de izquierda o progresistas en Sudamérica.
Bajo la cobertura de la fundación alemana Friedrich Naumann Stiftung, FNS, en Venezuela Montaner aparece alineado con las organizaciones derechistas, que con fondos provistos por la USAID y la National Endowment for Democracy, organizan el fallido golpe de Estado de abril de 2002. Por ese tiempo, Montaner dirige furibundas diatribas contra el régimen de Chávez, y aparece entrevistando a los líderes de la intentona, incluyendo a Pedro Carmona, acertadamente conocido como “el breve”.
La FNS se encuentra detrás de la “Red Liberal de América Latina”, RELIAL, que, según su propaganda, reúne 46 organizaciones de 17 países.
En Bolivia, tiene entre sus núcleos más activos al grupo FULIDE del terrateniente Branko Marinkovic quién también lidera el Comité separatista pro Santa Cruz.
Durante la eclosión del movimiento separatista, en septiembre de 2008, ahí estuvo Montaner en primera fila, para justificarlo y acicatearlo, así como también para atacar y deslegitimar al Gobierno del Presidente Evo Morales.
La FNS, brazo armado del ultraderechista Partido Demócrata Liberal, fue denunciada ante el Parlamento alemán por el partido Die Linke, por su apoyo al golpe de Estado de Roberto Micheletti, en Honduras, en junio de 2009, así como por la cobertura que le presta al terrorista de origen cubano, Carlos Alberto Montaner, para desarrollar operaciones propagandísticas contra los gobiernos progresistas de Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.
La última hazaña de Montaner fue conspirar con Lucio Gutiérrez para derribar al gobierno de Rafael Correa, lo que casi consiguieron el 30 de septiembre de 2010. De hecho, el propio Correa afirmó que una semana antes de la intentona, Montaner se reunió con Gutiérrez y el destituido coronel de inteligencia, y agente de la CIA, Mario Pazmiño, en Miami.

Coeficiente intelectual

En su faceta pública, Carlos Alberto Montaner es un invitado habitual a los conclaves de ultraderecha, que como el de la Sociedad Mont Pelerín, la semana pasada en Buenos Aires, itineran por América Latina, propagando el ideario neoliberal y conspirando contra los procesos emancipatorios que cursan en este rincón del mundo.
Esa es la calaña de personaje invitado a exponer en el marco de los “Diálogos Bicentenario” por el Ministerio Secretaría de la Presidencia, el 21 de abril recién pasado, y tal vez esos mismos antecedentes podrían contribuir a explicar el hecho hasta cierto punto sorprendente de que una visita tan “ilustre” haya pasado casi inadvertida al disciplinado sistema mediático oficial; aunque para el doble estándar de la derecha, lo que es terrorismo de unos, constituye “defensa de la democracia”, de otros.
Tan sólo una escueta nota informativa en la página oficial del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, y una entrevista en la revista Que Pasa, de COPESA, realizada en Buenos Aires, durante el simposio golpista.
Dicha entrevista proporciona la clave del misterio. Montaner no vino en plan de visita pública o protocolar, sino, con la discreción que corresponde, a cumplir la misión diplomática que viene desplegando incansable y sistemáticamente desde el 8 de septiembre de 1961, día de su salida de Cuba: promover la política norteamericana orientada a terminar con la revolución, con independencia de los medios empleados.
En esa entrevista, reconoce que hoy el horno no está para bollos, respecto a una intervención armada:
“Hace medio siglo que la dictadura comunista, entonces aliada con la URSS, hizo imposible un desenlace violento. Ese escenario hoy sólo es posible si, tras la desaparición de los Castro, el ejército se divide y las facciones se enfrentan. Pero hoy no me parece probable”.
En otro párrafo, agrega: “cuando haya síntomas que apunten en esa dirección, los demócratas encontrarán formas de colaborar para liquidar a la dictadura”.
Su misión, en este nuevo contexto, consiste en trabajar en la generación de esas condiciones. Más explicito no podía ser, al responder la pregunta del autor de la entrevista, acerca de si cree que el Gobierno de Piñera puede hacer más por la democracia en Cuba:
“Claro que puede hacer más. Son muy importantes las declaraciones de apoyo a la oposición. La embajada chilena dentro de la isla puede abrirles sus puertas a los disidentes, como hacen los checos, polacos, suecos, norteamericanos, holandeses. Para ellos es muy importante tener acceso a internet, a libros. Es vital que la diplomacia chilena los trate como lo que son: la oposición que cree en la libertad de la isla”.
A confesión de partes, relevo de pruebas. Pero en la misma entrevista dejó un notable testimonio de la complejidad y refinamiento de su análisis, aquel que mueve a la Secretaría General de la Presidencia a calificarlo de “respetado” intelectual:
Sobre Fidel Castro: “es algo así como la reina madre de la dinastía comunista. O como el abuelo que ya está un poco loco y cada cierto tiempo sale de la habitación, dice alguna cosa impertinente o divertida y vuelve a recluirse. A estas alturas, pertenece más a la antropología que a la política”.
Sobre las reformas económicas impulsadas por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba: “La paradoja del comunismo es que sus males se mitigan con mecanismos de la economía capitalista, pero los operadores de ese disparate se niegan a abandonar un modelo que les proporciona el control del poder”.
Sobre las razones por las cuales en Cuba no ha habido un levantamiento popular capaz de derribar al gobierno, como en Polonia o Checoslovaquia: “Porque la represión es más intensa y porque en Cuba los Castro no han permitido que surja un sector reformista. Al gobierno cubano lo llaman los niños cantores de La Habana. Es un coro bien afinado. Es lo mismo que sucede en Corea del Norte”.
Sobre los gobiernos de izquierda y/o progresistas de América Latina: “La idea platónica del idiota latinoamericano hoy la encarna Hugo Chávez mejor que nadie, pero ahí cabe toda la fauna del socialismo del siglo XXI: Evo Morales, Daniel Ortega y Rafael Correa. Me temo que Ollanta Humala pronto figure en el elenco”.
Si este es, como lo presenta el autor de la entrevista, “uno de los intelectuales y políticos más importantes de la disidencia de Cuba”, entonces se explican perfectamente su irrelevancia y sus invariables fracasos, a pesar de los ilimitados recursos con que los dota el dueño del circo; lo cual a su vez explica que a pesar de esos fiascos, jamás dejarán de seguir intentándolo.

FRANCISCO HERREROS

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