viernes, 2 de mayo de 2014

Tania y el Che Guevara: dos argentinos en la revolución latinoamericana




El Che y Tania se convirtieron en dos símbolos latinoamericanos de la lucha antiimperialista.

Haydée Tamara Bunke Bíder nació en Buenos Aires el 19 de noviembre de 1937. Su padre era alemán y su madre polaca y ambos habían huido de la Alemania Nazi para emigrar a la Argentina en la época en que el país celebraba la inauguración del primer tramo de la Avenida 9 de julio, que para los porteños de Buenos Aires es la más ancha del mundo.
La madre de Tamara, Nadia Bunke, nos cuenta su arribo a Buenos Aires: “Llegamos a la Argentina balbuceando español, íbamos aprendiendo el idioma en el barco. En la Argentina había muchos alemanes, se dice que el 10 ó el 12 por ciento de los argentinos son de origen alemán, aunque la colonia alemana tenía diferentes núcleos: una colonia capitalista; una de obreros calificados, maestros y profesionales diversos; y una colonia de refugiados de la Alemania fascista.
Teníamos parientes en la Argentina, entre ellos a mi abuela; ésas fueron nuestras primeras relaciones, luego fuimos conociendo a otros refugiados alemanes, pero ante todo mi marido hizo lo más pronto posible los contactos necesarios y obtuvo el ingreso en el Partido Comunista Argentino.
Seguimos Trabajando clandestinamente, ahora en la Argentina; en ese ambiente nació y se crió Tamara.
Nosotros hacíamos comprender a nuestros hijos, con palabras simples como para niños, que estábamos luchando por el bien de la humanidad para el bien del pueblo argentino; les explicábamos sobre la Revolución de Octubre en la Unión Soviética, les decíamos que trabajábamos por una sociedad nueva como aquélla, pero que todo eso era un trabajo muy difícil y peligroso; les advertíamos que donde estábamos la policía perseguía a las personas que pensábamos de ese modo y que por ello había que actuar con discreción. Y los niños- Tamara y Olaf- tenían que guardar silencio y no contar a nadie que en nuestra casa celebraban reuniones con compañeros del Partido, porque era una organización clandestina.
En esa casa guardábamos material de propaganda y otras cosas comprometedoras; y los chicos lo sabían y comprendían que no se podía hablar sobre esas cosas sino con nosotros. Les hacíamos relatos sobre la persecución del fascismo; les explicábamos cómo surge la riqueza, cómo proviene de la explotación, y ellos entendían...”[1]
Tamara o “Ita”, como le llamaban en la familia, crece en el seno de esta familia comprometida y en el barrio de Saavedra los primeros años, para luego mudarse a Corrientes y Pasteur, un barrio típico de la colectividad judía. Más tarde se trasladaron a un departamento de la calle Sarmiento Nº 2106 y una temporada en la zona de Quilmes donde vivía la abuela de Nadia.
“Ita” cursa sus primeros estudios en la Escuela Cangallo Shule, un colegio privado que tenía el alemán como segunda lengua.
Los padres de Tamara, Nadia y Erich Bunke militaban en el Partido Comunista Argentino y en su casa se realizaban importantes reuniones clandestinas, inclusive se guardaban armas
Aunque los padres intentaban que sus hijos no manejaran demasiada información sobre sus actividades políticas -por cuestiones de seguridad- en esa casa se respiraba un ambiente comprometido con las luchas sociales. Nadia nos cuenta: “Las reuniones mencionadas se efectuaban de noche, después de las nueve, cuando los niños ya llevaban durmiendo varias horas y, además, por razones obvias de vigilancia revolucionaria, debíamos tener el cuidado de que nada relacionado con estas reuniones llegara a conocimiento de nuestros hijos para evitar que ellos, sin darse cuenta, dejaran escapar alguna alusión peligrosa en la escuela.”
Cuando Tamara estudiaba en la Escuela Normal 9 se vinculó con la F.J.C. Federación Juvenil Comunista, donde militó durante una temporada. Siendo casi una niña hace sus aportes como militante, lleva mensajes, reparte propaganda clandestina, distribuye periódicos del partido. En este sentido, el periodista Isidoro Gilbert también señala en su libro La Fede (2009), que fue colaboradora de la revista “Juventud” órgano de la FJC. Otro testimonio que aparece en el mismo libro es de Jorge Bergstein quien declara: “Mis recuerdos sobre el Che están unidos al de una joven militante de la Fede. Se trata de Tamara Bunke, vivía en Quilmes, hija de una familia alemana, activista de la escuela secundaria de esa nacionalidad”.
1952, Tamara con 15 años emigró junto a sus padres a la República Democrática Alemana, siendo admitida dentro del Partido Socialista Unificado de Alemania en 1955, a los 18 años. En Berlín Oriental estudió en la Facultad de Letras de la Universidad Humboldt. También fue instructora de tiro deportivo en ese período. Recibió con alegría el triunfo de la Revolución Cubana y conoció al Che Guevara en 1960 cuando éste viajó a Alemania Oriental al frente de una delegación comercial del gobierno revolucionario.
A fines de los años 50 Tamara ya tenía decidido regresar a la Argentina para integrarse a la lucha política, dentro de las filas del Partido Comunista Argentino. Así fue como en 1958, Tamara expresó en el seno del Partido Socialista Unificado de Alemania (PSUA), su deseo de regresar a la Argentina.
La propia Tamara en una declaración que redacta el 4 de febrero de 1958 nos cuenta: “En la RDA fui educada y aprendí a pensar y actuar como una marxista leninista. Por eso para mí lo más natural es luchar toda mi vida, igual en un país que en otro, y bajo cualquier circunstancia en las filas de nuestro partido marxista leninista. Por esa razón ingrese como candidata en el PSUA.
Mi deseo más grande es volver a mi patria, la Argentina, y ofrecer allí al Partido todas mis fuerzas. Es natural que volvería a mi patria con el consentimiento del Partido”.[2]
En distintas cartas a sus amistades en la Argentina, les trasmite su deseo de regresar. En 1956 le escribe a un amigo y le pregunta “¿Podéis escribirme sobre el trabajo del Partido y en especial ´de la juventud´ allá en la Argentina?”. En 1957 señala por carta “me vuelvo a más tardar a comienzos del 59”. Para las fiestas de fin de año de 1958 escribe una carta muy melancólica y dice: “Estoy escuchando a Carlos Gardel cantando algunos de nuestros tangos más queridos, y te podrás imaginar qué nostalgia siento”.[3]
En 1959 había preparado su salida para la Argentina, sacó su pasaporte y obtuvo el permiso del Partido y del gobierno, quienes tuvieron comprensión hacia su firme posición. Ese mismo año trabaja en la preparación del VII Festival Mundial de la Juventud y de los Estudiantes, integrando la delegación Argentina, por lo que se traslada a Viena y vive en esta ciudad todo el tiempo que dura ese trabajo.

Tania conoce al Che

El 13 de diciembre el Che Guevara llega a la República Democrática de Alemania, después por una larga gira por otros países del campo socialista. En Berlín se entrevista con el Ministro de Comercio exterior, Henrich Rau.
La madre de Tamara nos cuenta cómo Tania conoció al Che: “En diciembre de 1960 llegó a Berlín la delegación comercial con Ernesto Guevara a la cabeza. El Che era entonces el director del Banco Nacional de Cuba y debía concertar un convenio comercial de uno a cinco años entre el Ministerio de Comercio exterior de la RDA y el Banco Nacional de Cuba. Tamara tuvo por primera vez contacto con Ernesto Che Guevara en la recepción que se hizo después de firmar los convenios. Fue una recepción excepcional. Habría que decir que participaron los ministros y los vicepresidentes del Consejo de Estado. Todos, todos estaban ahí. Era un homenaje, se puede decir, al pueblo cubano. En esta recepción había muchísimas gentes de todas partes, y en ella también estaba Tamara. Asistió junto a un grupo de la Juventud Libre Alemana y con algunos latinoamericanos que estaban invitados. Antes de esta recepción el Comandante Ernesto Che Guevara fue a Leipzig para entrevistarse con los estudiantes cubanos y latinoamericanos, y Tamara trabajo por primera vez de intérprete de él. Pero, ante todo, tuvo gran importancia para Tamara el hecho de que ella participó en esta conferencia del Che con los estudiantes en calidad de argentina.
El primer encuentro con el Che profundizó aún mas su admiración y estima hacia él como argentino, comunista y guerrillero, y como hombre de brillante pensamiento y expresión. Llena de entusiasmo, Tamara relataba posteriormente la importancia de este acontecimiento. Tiempo después, nosotros pudimos valorar con claridad la trascendencia que había tenido para nuestra hija aquel encuentro con el Che y lo que de su ejemplo ella tomó para su propia vida y para su actuación ulterior”.
El vínculo con el Che y la revolución Cubana le cambian los planes. Tamara Bunke decide viajar a Cuba y llega a La Habana el 12 de mayo de 1961.
Nadia y Erich Bunke nos cuentan los proyectos de su hija para viajar a Cuba como paso previo para luego trasladarse a la Argentina: “Ella tenía la idea de que estando en Cuba iba a aprender a fondo de la Revolución Cubana y que eso le serviría en su trabajo revolucionario, que ella imaginaba desarrollar luego en la Argentina. Si ella pensaba y sentía que su deber era luchar en América Latina, nosotros no teníamos ningún derecho a retenerla”.
Desde su llegada a Cuba, Tamara se integra tanto en la vida política como cultural. En este país estudió periodismo en la Universidad de La Habana. Ella era una persona muy sociable y, aunque había aprendido a tocar el piano, la guitarra y el acordeón eran sus instrumentos preferidos, con los que se acompañaba para cantar. Le gustaba mucho el tango y las canciones de Gardel. También era una enamorada del folclore argentino, especialmente las zambas. A todas las fiestas que era invitada, siempre llevaba su acordeón. Le gustaba cantar El arriero y La Felipe Varela.
El 25 de mayo de 1962 el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos,en ocasión de celebrarse el día de la Revolución Patria Argentina, prepara un evento. Se organizó una fiesta de confraternización de la colonia argentina en La Habana, en un lugar paradisíaco de las afueras de la capital, llamada Río Cristal. Participaron casi 400 personas, incluyendo los residentes, técnicos, artistas e invitados cubanos y argentinos.
La periodista argentina Carolina Aguilar Ayerra, quien por aquellos años estaba casada con el colaborador directo del Che Santiago Riera, nos cuenta aquel encuentro de Tamara con Guevara, durante la fiesta patria Argentina: “Precisamente yo conocí a Tamara en ocasión de una fiesta folklórica argentina que estábamos preparando para el 25 de mayo de 1962, aquí en La Habana. Esa fiesta sería muy especial, porque había venido un grupo grande de argentinos, técnicos en su mayoría. Estábamos en La Habana como 380 argentinos.
Nos ilusionamos mucho y una comisión fue a ver al Che, porque queríamos hacerlo todo muy “Criollo”. El Che, al ser invitado, se entusiasmó con la idea y propuso se consiguiera una vaca para hacer una comida típica argentina, consistente en un asado con cuero, sugiriendo además que todo lo que se sirviera fuera como se hace en la Argentina. Fue el propio Che quien le expresó a la comisión que fue a invitarlo: ´oigan, busquen a una artista argentina que hay por ahí, que se llama Tamara, que toca la guitarra`.
Tamara fue invitada y fue la que hizo el programa y tuvo ideas originales, tales como que las compañeras que sirvieran la comida lo hicieran vestidas de chinas (campesinas argentinas), que se recibiera a la gente cebando mate, etcétera.
Ella fue la actriz principal en aquella fiesta y una organizadora diligente. También consiguió trenzas, quería que todas las mujeres fuesen con trenzas largas y con cintas argentinas. En el acto artístico bailó la zamba con un vestido negro”. El Che hizo el resumen de la fiesta, en el que habló de la lucha armada en la América Latina e hizo un análisis histórico de Argentina. Guevara empezó con estas palabras:
“A los compañeros argentinos:
Queridos compatriotas de toda América, queridos coprovincianos los que hoy festejamos una de nuestras fechas patrias:
Este momento, repetido muchas veces en el curso de nuestras vidas, tiene hoy una significación especial, un tono y un colorido especial. Es aquí en otro país de América, en nuevas condiciones de América, donde festejamos una vez más el 25 de Mayo, y esta vez no se escuchan los discursos consabidos y no existe la fanfarria consabida, las palabras huecas con que los gobernantes de turno tratan siempre de hacerse copartícipes en la gloria de los viejos próceres. El 25 de Mayo, aquí en Cuba, tiene para nosotros pues, características especiales, tan especiales como que un argentino de voz extranjera, a nombre del gobierno cubano, salude y agasaje a todos ustedes y les trasmita la felicitación de nuestro gobierno. Son las nuevas condiciones de América, condiciones que han ido madurando a través del tiempo, que han ido consolidando esta nueva Era en que vivimos, este nuevo momento histórico del cual Cuba tiene la gloria especial de ser el iniciador en América. Por eso al hablar de movimientos emancipadores, al recordar las viejas gestas de nuestras guerras de independencia, tenemos forzosamente que recordar la Cuba de hoy, porque esta Cuba de hoy es parte de un viejo esfuerzo de las masas por obtener su liberación definitiva, esfuerzo que ni siquiera en Cuba ha alcanzado un éxito total, todavía tenemos que luchar para liquidar viejas formas económicas que nos oprimen, para librarnos de todos los problemas que nos ha traído en nuestro desarrollo la dependencia de los capitales extranjeros, la dependencia fundamentalmente de los monopolios norteamericanos y para defender la parte de libertad y de bienestar de nuestro pueblo que hemos logrado en estos años de lucha.”
El discurso fue seguido con gran silencio y fervor revolucionario, aunque muchos de los presentes, militantes del Partido Comunista Argentino, mostraban en sus rostros, la desaprobación con el contenido del discurso.
El Che cierra su oratoria diciendo:
“Eso compañeros, el que se repita la experiencia histórica del 25 de Mayo en estas nuevas condiciones, dependen nada más que del pueblo argentino y de sus dirigentes, es decir, depende de ustedes en cuanto a pueblo y en cuanto a dirigentes; de tal manera que también una gran responsabilidad cae sobre ustedes: la responsabilidad de saber luchar y de saber dirigir a un pueblo que hace tiempo está expresando en todas las maneras concebibles su decisión de destruir las viejas cadenas y de liberarse de las nuevas cadenas con que amenaza amarrarlo el imperialismo. Tomemos pues el ejemplo manido de Mayo, el ejemplo tantas veces distorsionado de Mayo, tomemos el ejemplo de la Revolución Libertadora, que salió de sus fronteras, inundó con una ideología nueva, que no era propia, pero que había encarnado en sí para trasladarla a América, y pensemos en estos momentos de América, en estos mismos momentos en que una especie de 25 de Mayo se ha dado en la zona del Caribe, en que desde aquí se lanzan proclamas revolucionarias que llegan a todos los pueblos de América, y que en la Segunda Declaración de la Habana luce algo así como una declaración de los derechos del hombre para los pueblos de aquella época. Pensemos en la unidad indestructible de todo nuestro Continente, pensemos en nuestra economía igualmente distorsionada, igualmente aherrojado cada pueblo por el mismo imperialismo. Pensemos en que somos parte de un ejército que lucha por su liberación en cada pedazo del mundo donde todavía no se ha logrado, y aprestémonos a celebrar otro 25 de Mayo, ya no en esta tierra generosa, sino en la tierra propia y bajo símbolos nuevos, bajo el símbolo de la victoria, bajo el símbolo de la construcción del Socialismo, bajo el símbolo del futuro.”.
Al terminar el discurso del Comandante Guevara, otros argentinos hicieron uso de la palabra, aunque será el histórico dirigente del peronismo revolucionario John William Cook del Instituto de Amistad Argentino Cubano, quien se hará eco del discurso del Che y asumirá públicamente el llamamiento revolucionario de Guevara. El que fuera delegado del General Perón se había convertido en el aliado argentino más próximo a las tesis insurreccionales de Guevara, para toda América Latina. Mientras que los comunistas argentinos apostaban por la vía democrática de la acción de las masas, como etapa previa al socialismo. Por ese entonces Cooke y su compañera Alicia Eguren intentaron convencer al General Perón que tenía que trasladarse a Cuba y dejar el Madrid del régimen franquista.
Durante la fiesta, el discurso del Che fue el tema del gran debate entre los militantes. A pesar de las canciones de Tamara, la emoción patriótica y los llamados a la unidad, el ambiente había terminado bastante caldeado. Se lo vio al Che charlar acerca de la situación política argentina con el Gordo Cooke, Alicia Eguren y el ex embajador de Guatemala en la argentina Manuel Francisco Galich López, durante el gobierno de Jacobo Arbenz.
La maestra entrerriana Carolina Aguilar relata las incidencias de la actividad celebrada el 25 de Mayo y la repercusión posterior de la misma.
“A los dos o tres días después de la fiesta, los argentinos nos reunimos en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos porque había algunos residentes que no tenían la misma opinión que el Che. A esa reunión asistió Tamara y cuando los oyó hablar de esa manera se paró y dijo tajantemente: ´Bueno, me voy, yo aquí no pierdo el tiempo...´ Y se fue. Junto con ella nos fuimos unos cuantos. Al año siguiente dimos de nuevo la fiesta. Ella volvió a bailar e incluso consiguió que el Ballet Nacional actuara. También asistió Che. A partir de aquella discusión de la que ella se retiró tan molesta, no volvió a participar en más reuniones de residentes argentinos. Sin embargo, siempre estaba pendiente de los compatriotas que llegaban, y preocupada por reunirlos a todos, y enviarles libros y folletos cuando ya se habían ido.”
Su compromiso con la revolución cubana y su espíritu internacionalista fueron determinantes para que Tamara fuera seleccionada para ser parte del proyecto revolucionario de Ernesto Guevara, para la insurrección latinoamericana. Luego de su preparación en Cuba y Checoslovaquia, parte de avanzada para generar las condiciones en Bolivia de la posterior guerrilla comandada por el Che. En este país del altiplano después de operar clandestinamente con una doble identidad, se incorpora a la guerrilla, que comandaba el Che. A partir de ese momento Tamara se convierte en “Tania”.

Bolivia.

Tamara “Tania” Bunker llega a Bolivia en noviembre de 1964 con el nombre de Laura Gutiérrez, de nacionalidad argentina y de profesión etnóloga. Su misión era introducirse en la alta sociedad boliviana, especialmente cerca de quienes gobernaban y proporcionar información para el futuro establecimiento del grupo guerrillero.
Después de la llegada del Che a Bolivia, el 3 de noviembre de 1966, ella pudo verlo por primera vez el 31 de diciembre de ese año. Lo visitó a solicitud del jefe guerrillero, en el campamento de Ñacahuasú, donde ya estaban la mayoría de los combatientes.
Harry Villegas Tamayo señala: “El papel de Tania fue muy importante. Es un papel que se conoce poco, pero que en la historia de la inteligencia es un gran logro que en un período de tiempo tan corto y limitado se haya logrado adquirir tanto. Porque es una figura que se siembra -en términos de inteligencia se denomina a esto "sembrar"- con el objetivo de que gradualmente vaya teniendo inserción en la sociedad y pueda jugar un papel informativo, de medidas de seguridad, etc., sin que despierte ninguna sospecha. Gracias a su personalidad Tania logró insertarse en la sociedad boliviana y en un período de tiempo muy limitado -dos o tres años- llegó a tener acceso a las altas esferas de dirección del país con una confianza absoluta como se lo había encargado el Che. El Che siguió puntualmente su preparación. Los bolivianos, por sus características, la sintieron como boliviana. Como ella conocía mucho de la cultura y del folklore boliviano pudo realizar este trabajo. Podía servir para la lucha en Bolivia o también para apoyarse en ella y poder venir a la Argentina. Ella realizó con calidad su cometido. Después, su fervor revolucionario la llevó a querer estar en la guerrilla, aunque el Che le había planteado que esa no era su misión sino permanecer en un compás de espera. El hecho de la no participación de Mario Monge, de la no participación del Partido Comunista determinó que nos viéramos obligados a reorganizar el aparato urbano y todo esto obligó a que Tania de forma improvisada se viera obligada a participar en la lucha. Ya después de esto la sorpresa, el inicio de la lucha de forma no prevista -pues no estaba en nuestros planes comenzar así- sino escoger nosotros el momento, el lugar, y aplicar nuestra voluntad...pero bueno, al ser descubiertos nos vimos obligados a comenzar y en ese momento estaba Tania, estaba Debray y de una forma u otra se abortó el proceso. Comenzó antes del tiempo previsto, como se había planificado para organizar todo lo necesario.”[4]
Aquellos meses Tania estaba muy entusiasmada con la llegada del contingente. Había estado mucho tiempo aislada de la actividad revolucionaria y pensaba que había llegado el momento de hacer realidad todos sus sueños. A partir de la llegada de los combatientes cubanos cambió radicalmente su vida. Ahora había un solo objetivo y era darle todo el apoyo logístico a la guerrilla que intentaba instalarse. Su trabajo clandestino era de suma importancia, su misión era proporcionar información y ser el vínculo con las nuevas incorporaciones a la guerrilla. Tania era el contacto directo del Che con el exterior. Un fallo en su misión podía poner en cierto riego la consolidación del grupo guerrillero.
Harry Villegas “Pombo”, uno de los allí presentes relató: “A su llegada a la guerrilla, Tania se veía muy jubilosa, a pesar de caminar unos ocho o nueve kilómetros había llegado en condiciones físicas aceptables. Nos estrechó a todos, nos abrazó, brincos de júbilo, alegría espontánea. Se encontraba en un ambiente de compañeros a los cuales ya casi todos conocían y con los mismos había compartido los momentos de la llegada al país brindándoles todo su afecto y cariño. Los compañeros que fueron con el Che a esperarla eran: Tuma, Inti, Urbano y Arturo. En su estancia, el Che le dedicó una gran parte de su tiempo a conversar con ella; primero hubo de conversar con ella, posteriormente con Monje; y el resto de la noche, en la celebración de las fiestas de fin de año y el triunfo de la Revolución, hubo de dedicar gran parte del tiempo a conversar con ella, a compartir con ella. Para nosotros la llegada de Tania tuvo una significación extraordinaria, pues nos traía grabaciones, en una pequeña grabadora de cassetts, con canciones cubanas que había grabado por Radio Habana Cuba. Llevó algunas canciones de música folklórica argentina, música de Atahualpa Yupanqui, trajo pequeños regalos para todos, pañuelos de colores, bombones, linternas, linternas pequeñas; cantamos, bebimos y en todas estas actividades estuvo ella estrechamente vinculada como centro real de la alegría y el júbilo de lo que eran los festejos del Año Nuevo. Entre los documentos de Tania tenía que estar una grabación que ella hizo de la intervención de Mario Monje al dirigirnos la palabra a nosotros, y de la intervención del Che en lo que fue el análisis del triunfo de la Revolución Cubana y lo que representaba para nosotros. El día primero hubimos de confeccionar un mensaje en el cual Tania colaboró con nosotros, con Papi y conmigo, en la redacción, en el cifrado de éste; tomó varias fotografías, hubimos de revelar un rollo que ella había venido tomando a través de todo el camino y que había culminado con los festejos de la noche anterior que se había tomado con flash. El rollo salió en buenas condiciones y ella lo llevó a La Paz para imprimirlo; luego recibimos las fotos”.
Dos días después, Tania abandonó Ñacahuasú y se dirigió a La Paz. A mediados de mes ya estaba en Argentina. Una de las misiones que le indica el Che es conseguir nuevos combatientes para la guerrilla, con ese fin es enviada a la Argentina con el seudónimo de Elma. El objetivo era contactar con Ciro Bustos, Juan Gelman, Luis Fautino Stamponi Corinaldesi y Emilio Jáuregui que junto a Eduardo Jozami, eran miembros del Sindicato de Prensa de Buenos Aires.
Eduardo Jozami, actual director del Centro Cultural de la Memoria “Haroldo Conti” recuerda: "Yo me reuní con Tania en enero de 1967. Me dijo: 'El Che te manda a buscar'. En febrero me encontré con ella en La Paz. Me presentó a Inti Peredo, quien me dijo que el Che tardaría algunos días en volver al campamento porque estaba en una exploración bastante lejos. Tania me dijo que en marzo fuera a Tarija, y que esperara un mensaje en la Oficina de Correos. Pero nunca llegó".
En marzo de ese año Tania visita al grupo guerrillero. El 24 de ese mes es descubierto el jeep de Tania en un garaje de Camiri, donde lo había dejado para ir hasta el campamento guerrillero. La identidad de Tania, no descubierta hasta entonces, fue puesta en evidencia por las declaraciones de los desertores Vicente Rocabado y Pastor Barrera. Ante esta situación Guevara decide que Tania se quedara como combatiente en el contingente.
El Che en su Diario hace referencia en varias oportunidades a Tania. El 16 de abril de 1967 señala:
“La vanguardia salió a las 6.15 y nosotros a las 7.15, caminando bien hasta el río Ikira, pero Tania y Alejandro se retrasaron. Cuando se les tomó la temperatura, Tania tenía más de 39 y 38 Alejandro. Además, el retraso nos impedía marchar como estaba programado. Dejamos a ellos dos, más el Negro y Serapio un kilómetro río arriba del Ikira, y seguimos tomando el caserío llamado Bella Vista o más precisamente a 4 campesinos que nos vendieron papas, un puerco y maíz. Son campesinos pobres y están muy atemorizados por nuestra presencia aquí. Nos pasamos la noche cocinando y comiendo y no nos movimos esperando la de mañana para pasar a Tikucha sin ser observados en nuestras características.”
En abril de 1967 el grupo de la retaguardia donde estaba Tania, comandado por Joaquín, perdió el contacto con el resto de la guerrilla y así se mantuvo varios meses, aunque unos y otros intentaron reagruparse, sin poder conseguirlo.
Leonardo Tamayo Núñez (Urbano) nos cuenta los últimos momentos de Tania: “El propósito del Che era que se reencontraran los dos grupos al anochecer del segundo día de la separación. Entre los enfermos estaba Tania, quien tenía las piernas hinchadas. Cuando regresamos al lugar adonde debían esperarnos, no se hallaban allí. El reencuentro no fue posible porque, tanto los guerrilleros que estábamos con el Che, como los del grupo de Joaquín, tuvimos que sostener enfrentamientos armados con soldados bolivianos, lo que mantuvo la separación. Nunca más vimos al grupo de Joaquín, aunque ambos grupos tratamos de reencontrarnos. Al cabo de cuatro meses de separación, este grupo fue masacrado por el ejecito boliviano.”
Tania y el grupo de guerrilleros cayeron en una emboscada, mientras cruzaban el vado del rio Grande en Puerto Mauricio, el jueves 31 de agosto de 1967. Aquella tarde junto a sus compañeros se dispone a cruzar el rio. Ella llevaba su mochila y en sus manos el M-1. Su vestimenta consistía en un pantalón de camuflaje, calzaba unas botas un poco grandes para sus pies y una blusa muy usada y desteñida de rayas verdes y blancas. Ella es la penúltima en penetrar en el rio Grande. Cuando ya tenía el cuerpo sumergido hasta la cadera comienzan a sonar los primeros disparos.. Intenta comenzar a disparar pero una ráfaga le alcanza el pulmón y cae desmayada en la corriente del rio. Uno de sus compañeros intenta rescatarla nadando contracorriente, pero al llegar a ella, nada puede hacer, la encuentra muerta. En aquella emboscada caen muertos Joaquín, Gustavo Machín y Moisés Guevara. El Che y sus compañeros, sin saberlo, se encontraban exactamente a un kilómetro de ellos.
El cadáver de Tania fue arrastrado por el río y hallado el 6 de septiembre por soldados bolivianos. Al otro día, trasladaron su cuerpo sin vida hacia el Regimiento Pando y el 8 la enterraron en un ataúd de madera.
Su compañero de entrenamiento en Checoslovaquia José Gómez Abad “Diosdado” en su libro “Como el Che burlo a la CIA” señala de Tamara:
“Tania era una joven alegre, sentimental y romántica. Soñó, amó, y tenía hermosas ilusiones para un futuro; sin embargo, en ella primaron sus altas metas, el cumplimiento del compromiso contraído y del deber revolucionario.”
Tras la muerte de Tania se comenzaron a difundir historias fantásticas, auténticas calumnias sobre su vida. Una de ellas es que fue amante de Ernesto Guevara. Otras de las falsedades es que fue una triple agente (Alemana- soviética- cubana). Su madre Nadia Bunke rechaza las afirmaciones de que Tamara había pertenecido a los servicios secretos de la RDA: “Si nosotros en realidad hubiéramos estado informados hubiéramos cuidado de darle a las ATASI nuestro consentimiento, simplemente porque sabíamos que nuestra hija deseaba colaborar con el Partido Comunista de Argentina. Estábamos muy preocupados, pues temíamos que tarde o temprano fuera arrestada, Si se hubiera conocido su colaboración con la ATASI ¿Que hubiera sido de ella?”.
Lo cierto que su vida y militancia ya es parte del imaginario colectivo de la izquierda latinoamericana. Con el transcurrir de los años su figura se agiganta para convertirse en una referencia y un ejemplo para las futuras generaciones. En palabras de Gómez Abad (2007): “Tamara soñó, luchó por un mundo mejor y fue consecuente con sus ideales hasta el final de sus días. Las semillas que ella sembró, años después se ven renacer en su América Latina mestiza y explotada. Esa fue su principal obra y el legado imperecedero que dejó.”
La Argentina aun no le ha realizado un reconocimiento histórico a esta militante internacionalista que se ha convertido en un paradigma de la mujer revolucionaria.

Lois Pérez Leira

Bibliografía consultada:

Ulises Estrada, Tania la Guerrillera. Oceanpress. La Habana 2005.
Mayo José, En la Guerrilla junto al Che. Testimonio de Urbano. Editorial Gente Nueva. La Habana.
Villegas Harry, Pombo: Un hombre de la Guerrilla del Che. Editorial Política. La Habana, 2008.
Blaquier Ascaño, Elsa. Seguidores de un sueño. Casa Editorial Verde Olivo. Ciudad de La habana, 2007.
Gilbert Isidoro, La Fede. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2009.
Marta Rojas, Mirta Rodríguez Calderón y Estrada Ulises, “TANIA la guerrillera inolvidable”. Editorial de Ciencias Políticas. Cuba, 2001.
Gómez Abad José, Cómo el Ché burló a la CIA. RD Editores, 2007. España
Anderson Jon Lee, Che Guevara, Editorial Anagrama, Barcelona 2007
Néstor Kohan Entrevista a Harry Villegas Tamayo, "Pombo" Las enseñanzas del Che.

[1] Marta Rojas, Mirta Rodríguez Calderón y Estrada Ulises, “TANIA la guerrillera inolvidable”. Editorial de Ciencias Políticas. Cuba, 2001.
[2] Marta Rojas, Mirta Rodriguez Calderón y Estrada Ulises, “TANIA la guerrillera inolvidable”. Editorial de Ciencias Políticas. Cuba, 2001.
[3] Ulises Estrada, Tania la Guerrillera. Oceanpress. La Habana 2005.
[4] (Entrevista a Harry Villegas Tamayo, "Pombo" Las enseñanzas del Che. Néstor Kohan).

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