sábado, 9 de enero de 2016

OEA: ¿equidistante del Norte y Sur de las Américas?




En el Mensaje de Año Nuevo, el secretario general coloca en entredicho a Caracas y no menciona ni uno de los atropellos de Washington

Al cierre del 2014, me sentí forzado a escribir OEA: ¿Será consecuente o claudicará ante EEUU? donde consta tanto atisbos de la Organización de los Estados Americanos a favor de algunos sucesos contrarios a la Administración gringa como su inequívoca voluntad de congraciarse ante la posición del Presidente Obama de cara a procesos revolucionarios de Latinoamérica. En este minuto, el pulso actual de esta agrupación panamericana me conduce a pensar que no fue/es errática mi percepción. Grosso modo, abundo.
Cuando sostengo que la continuidad de una posición en pro de la Casa Blanca es lo que caracteriza a la OEA, me siento lejos de una actitud infundada. Es un hecho la parcialidad del señor Luis Almagro, secretario general de la OEA. Puedo situar el ejemplo de su carta/crítica en el preludio de las elecciones del seis de Diciembre último en Venezuela, ocasión en la que subrayó: “[…] Es preocupante que del análisis de esas condiciones [se refiere a la situación que vivía entonces la contrarrevolución] tengamos que concluir que hoy por hoy, las dificultades solamente alcanzan a los partidos de la oposición” —las negritas son mías, para señalar su mayúsculo fiasco. No obstante, prefiero aludir a algunos fragmentos de su reciente Mensaje de Año Nuevo:
“La justicia y la ética deben ser las reglas que guíen la convivencia entre los países y, en cada país, el ejercicio de gobierno y oposición”. “Felicitamos especialmente a Venezuela y pedimos que nadie distorsione la voz del pueblo y su expresión más genuina —que son los resultados electorales— con estratagemas de dudosa juridicidad, ni reclamando decisiones viciadas de parcialidad a organismos reconstituidos para la ocasión”. Defendamos todos los derechos humanos sin ideología ni creencias específicas, […]” —las negritas son mías, para llamar su atención sobre la ¿justicia? en el señor en causa.
Es decir, de acuerdo con Almagro, el Gobierno del Compañero Nicolás Maduro no tiene derecho a impugnar un posible fraude de la oposición en la Patria de Bolívar. Resulta llamativo que Diario español “El País”: órgano informativo de la Casa Blanca sobre Cuba, se haya apresurado en resaltar La OEA pide a Maduro no distorsionar el resultado electoral, este 31 de Diciembre. Sin embargo, el mismísimo titular de la organización continental, a pesar de que ya se había divulgado que las autoridades estadounidenses anunciaron que no enjuiciarán al policía blanco que mató en Noviembre de 2014 en Cleveland, Ohio, a un menor negro de 12 años, simplemente hizo mutis de tan bochornoso episodio —como de otros tantos no menos degradantes.
Así, no abuso más del tiempo de mis lectores/as. Apenas agrego que, a juzgar por el Mensaje de Año Nuevo del secretario general de la OEA que coloca en entredicho a Caracas y no menciona ni uno de los atropellos de Washington, es evidente que podemos/debemos cuestionar la equidistancia de la agrupación de marras respecto al Norte y Sur de las Américas.

Noel Manzanares Blanco

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