lunes, 10 de abril de 2017

La impaciencia neo contrarrevolucionaria.




La neo contrarrevolución está cada vez más impaciente. Pareciera que el tiempo se le agota, que algo les angustia y claman, exigen, casi gimen porque se acabe de dar inicio al debate revolucionario sobre la reforma constitucional.
Uno tras otro se suceden los artículos, anunciadores primero, declaratorios después, repetitivos, hasta ser ya evidentemente impacientes.
Pareciera que están más interesados en que eso ocurra que los propios revolucionarios. Incluso que el mismo sector cítrico revolucionario que a través de años de debate, de análisis, y de propuestas ha llegado a la preparación de la necesaria reforma constitucional.
¿Por qué la neo contra está tan impaciente?
Cuando las cosas son sustentadas por el dinero extranjero como lo está el ¨Laboratorio de Ideas¨ Cuba Posible significa que consisten en un intercambio. Es un mero contrato de servicio entre los empleados y quien que los contrata. Es lógico que los encargados de administrar los fondos asignados, comiencen a exigir resultados. Esos resultados, para lograrlos deben contar con determinadas condiciones y esas condiciones cada vez se les escapan más de las manos a los ideólogos de la neo contrarrevolución cubana.
La construcción de una comunidad intelectual contrarrevolucionaria, de despertar una fascinación socialdemócrata en la vanguardia revolucionaria, así como la fabricación de una mentalidad de “izquierda” patológicamente opuesta a la Revolución Cubana y a las instituciones del Estado Cubano, son un trabajo de calendario. Significa que para que tengan una utilidad práctica están sujetas a una serie de convergencias que deben coincidir en el tiempo.
Desde sus inicios, Cuba Posible, bajo el camuflaje del debate intelectual, con un almanaque bajo el brazo y en miras a este 2017 y al 2018, intentó penetrar el pensamiento político cubano introduciendo matrices de opinión favorables a una visión seudo democrática, multipartidista, pro mercantil, anti estatal, anti institucional, anti comunista y anti fidelista.
El plan consistía en aprovechar la acumulación de análisis y debate crítico alcanzado por la sociedad cubana revolucionaria, incluyendo a los sectores más populares, durante las décadas del 2000 y el 2010, que llevaron primero al replanteamiento estructural del Estado Socialista en Cuba, después a las Reformas y luego a la Conceptualización del Modelo. Proceso que tendrá una continuidad lógica en la Reforma Constitucional.
Los ideadores norteamericanos, aplicando lo aprendido en la lejana Europa cual si se tratara de un manual, buscaron en Cuba y tras minuciosas investigaciones, estudios, ¨censos¨ de blogueros, ¨mapas¨ políticos y estudio de grupos, dieron con quienes podían hacerles el trabajo.
La opulencia de las sedes diplomáticas, el lujo de los hoteles, el caché de los eventos multilingües, y sobretodo el sucesivo caer ante los ojos de los elegidos de un billete sobre otro, hicieron el resto.
El proyecto ¨cubapositivista¨ o ¨cubanposible¨, iniciado y sustentado por el dinero inyectado a través de fundaciones norteamericanas y gobiernos europeos parecía tener el tiempo necesario para hacer su trabajo. El dinero fluyó, las cuentas se abrieron, los dólares volaron a Cuba, se convirtieron en CUC y llegaron a varios bolsillos.
Comenzó a levantarse la carpa del circo socialdemócrata.
Al principio lograron atraer a algunos intelectuales de prestigio, interesados en un debate sobre los problemas de la patria y su proyecto socialista. Incluso, alguna de esas prestigiosas firmas llegó a sus páginas. El ritmo vertiginoso parecía el de una maquinaria que ha sido programada en una velocidad muy alta.
Al poco tiempo, varios comenzaron a percatarse de lo que en realidad se trataba y los planes comienzan ser desenmascarados. Pero la neo contra pudo usar entonces algunas defensas: intentar aislar a quienes los señalaban, tildándolos de ser exponentes del pasado o referentes fuera de moda.
Las denuncias fueron envueltas e intentaron acallarlas en hueca palabrería, una especialidad de la casa.
Presentaron entonces diversos artilugios defensivos: ¡Que cómo se va a decir eso de ellos, si siempre están hablando del socialismo!…!Que cómo se le va a calificar así, si mira cuantos intelectuales prestigiosos y revolucionarios escriben en sus páginas!…!Que los que así los acusaban estaban opuestos al debate ¨plural¨! etc, etc, etc.
Pero cuando quisieron usarlos de nuevo, les funcionaron menos, y más recientemente ya casi no les funcionan nada.
En poco tiempo el número de personas participantes y seguidoras del debate que se dan cuenta de lo que en realidad se trata Cuba Posible ha ido en aumento. Firmas que antes ostentaban han ido desapareciendo. La inteligencia y cultura política de los intelectuales cubanos, a los que pretendieron utilizar para sus fines, ha hecho que estos se distancien cada vez más de ellos.
Así Cuba Posible comienza a sentirse como un atleta que va perdiendo forma mientras se acerca la competencia, en vez de estar cada vez más preparado, se debilita más y más ante el combate. Pierde prestigio, fuerza, credibilidad, capacidad de engaño. Y sus patrocinadores del Norte lo ven, observan y sacan cuentas.
Es muy probable que en los Wikileaks del futuro próximo o en algún documento desclasificado, podamos leer sobre el escepticismo que ya debe abrirse paso en las mentes de los norteamericanos respecto a Cuba Posible.
La desesperación por la reforma se debe a que saben ya que llegarán al debate constitucional como la sombra de lo que fueron.
En cambio las fuerzas revolucionarias cada vez son más conscientes y superan provechosamente, el ambiente post Obama.
Es notable pero previsible ver cómo los botes se alejan del barco que se hunde, y de paso es risible que los ¨nuevos espacios de comunicación¨ también publiquen ¨notas informativas¨.
La base programática sobre la cual se sustentaba Cuba Posible proviene precisamente de uno de los remeros en ese bote que se aleja, quien escribió en la última página de un libro que publicara en 2007 lo que en aquel entonces parecía tener la ingenua frescura de una brisa primaveral y que después convertido en lo que Raúl Roa hubiese llamado un ¨viento sur¨, recibiría la bendición financiera norteamericana:
“Es momento de poder contar con proyectos, y de luchar por expandir el espacio para debatirlos. La ideología, cuando se somete a la crítica de sí misma, construye la condición de posibilidad en que se mantiene viva. La historia no se hace con lo que ¨no fue¨, pero sí permite recuperar desarrollos existentes en el proyecto que, en algún momento del proceso, se bifurcaron y no alcanzaron, el conjuro de las circunstancias, y no alcanzaron un decurso histórico mayor. No se trata de doctrina, sino de agenciarnos la fortaleza de tener ideas y de poder colocarlas en discusión.¨ (Julio César Guanche, en La Libertad como destino. Valores, proyectos y tradición en el siglo XX cubano)
Las palabras subrayadas pueden leerse así en el original.
La unidad política de las generaciones revolucionarias, su sano carácter intelectual, sin dejar de ser populares, el rechazo a la ridícula soberbia del pedestal académico, así como la visión clarísima de una comunidad intelectual que no se deja utilizar y que por naturaleza repudia el acto vil de las ideas que se revuelven en la suciedad del dinero, van marcando el desmoronamiento de lo que fue el ¨laboratorio de ideas¨ Cuba Posible.
Cuando las ideas no están sostenidas por la verdad, ni por valores, ni por principios, sino por ese dinero y por ese afán de notoriedad, se derrumban, como mismo se derrumbaron las murallas de Jericó.

Javier Gómez Sánchez

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