jueves, 30 de marzo de 2017

Limpia del Escambray. Lucha contra bandidos.




Los crímenes del bandidismo

Las bandas terroristas, que fueron fomentadas entre 1960-1965 por la CIA, desplegaron acciones de sabotajes para sembrar el pánico y restar apoyo a la Revolución

Entre 1960 y 1965, las bandas terroristas de alzados fomentadas en nuestro país por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), se dedicaron a realizar sabotajes en instalaciones económicas y sociales, y a cometer crímenes contra civiles indefensos, pretendiendo sembrar el pánico en las zonas rurales con el propósito de frustrar los planes de desarrollo, restar apoyo social a la Revolución, y reflejar una imagen de ingobernabilidad que sirviera como pretexto para desencadenar una intervención militar.
El 3 de enero de 1961 el Gobierno de Estados Unidos rompió sus relaciones con nuestro país. Hasta esa fecha ejecutaban muchos de sus planes subversivos desde la estación de la CIA en su embajada en La Habana. A partir de la pérdida de sus capacidades operativas bajo cobertura diplomática, utilizaron funcionarios de países capitalistas y compañías extranjeras acreditados en nuestra capital, reclutados previamente para continuar la atención de sus agentes en territorio cubano.
Al mismo tiempo, la CIA potenció el uso de la estación JM/WAVE, ubicada en el campus sur de la Universidad de Miami, que llegó a contar con un ejército clandestino integrado por unos 600 oficiales y 3 000 colaboradores de origen cubano, una flotilla aeronaval que disponía de avionetas, buques madres y lanchas rápidas artilladas para operaciones de infiltración de hombres y abastecimiento de armas. Mientras tanto, el servicio de inteligencia naval desde sus instalaciones en la ilegal base yanqui en Guantánamo, estructuró organizaciones clandestinas y fomentó alzamientos armados en la provincia de Oriente.
Estos programas subversivos eran dirigidos por especialistas en operaciones encubiertas como Theodore Shackley, Howard Hunt y Frank Bender, quienes utilizaron a los agentes William Alexander Morgan y John Meckpless Espíritto —sembrados en el II Frente Nacional del Escambray desde 1958— para promover alzamientos contrarrevolucionarios en el centro del país. Posteriormente contaron con agentes como Howard F. Anderson y William H. Patten Tabares y mercenarios como Austin F. Young, Peter J. Lambton y Richard A. Pecoraro para fortalecer las bandas de Pinar del Río, el Escambray y Camagüey.
Otros colaboradores de la CIA, que actuaban bajo la fachada de coordinadores provinciales de organizaciones contrarrevolucionarias, sirvieron de enlaces con las bandas en Pinar del Río, La Habana, Matanzas y el Escambray como Dora Delgado Soulari, Ernestino Abreu Horta, Ramón Ruisánchez y Piedad y Luis David Rodríguez González.
Al mismo tiempo la CIA creó redes de espionaje y subversión como el Frente Unión Occidental (FUO) encabezado por Esteban Márquez Novo que actuaba en Pinar del Río-La Habana-Isla de Pinos, la red de Mariano Pinto Rodríguez1 y Luis Puig Tabares en Santa Clara-Cienfuegos, la de Juan Tur Valdés en Nuevitas-Camagüey, y la de Pedro Comerón Pérez y Manuel del Valle Caral en Guantánamo-Santiago de Cuba, que se mantenían en contacto con las bandas para hacerles llegar instrucciones y apoyarlas con dinero y recursos materiales. Paralelamente, desde el interior de la base naval yanqui el agente Luis Balbuena Calzadilla promovía la ejecución de acciones terroristas.
Esta enorme infraestructura subversiva se dedicó a buscar información militar, ejecutar sabotajes, y enviar a los principales cabecillas de bandidos dinero, víveres, y armamento. Con el objetivo de garantizar el abastecimiento logístico, la JM/WAVE ejecutó unas 21 operaciones aéreas para lanzar pertrechos bélicos, y realizó más de 35 infiltraciones por vía marítima para introducir hombres, armas y medios de comunicaciones destinados a las bandas.
Generalmente las bandas de alzados estaban encabezadas por antiguos militares batistianos, confidentes de los aparatos represivos y colaboradores de los Tigres de Masferrer,2 afiliados a sindicatos controlados por los mujalistas,3 sargentos políticos a las órdenes de alcaldes y concejales, pequeños propietarios de tierras, mayorales de fincas comprometidos con latifundistas y terratenientes, ladrones de ganado, traficantes de marihuana, vagos habituales, estafadores, proxenetas y delincuentes comunes.
También hubo campesinos y obreros agrícolas que no comprendieron el alcance de las medidas de justicia social aplicadas por la Revolución, e individuos que habían participado en la lucha contra la tiranía batistiana movidos por intereses personales, que encabezaron bandas y cometieron crímenes. Con la esencia delictiva que caracterizaba a estos cabecillas, para quienes la frase «un trabajo» significaba ahorcar a cualquier persona, solo se ganaron el odio de las familias campesinas y el calificativo de «bandidos».
La forma de reprimir de estas bandas era semejante a la que en los años cincuenta asimilaron cientos de oficiales batistianos en la «Escuela de las Américas», del ejército de Estados Unidos, ubicada en la zona del Canal de Panamá, donde fueron entrenados en diferentes «técnicas» de interrogatorio para quebrar la voluntad de los jóvenes revolucionarios que se oponían al régimen, con el propósito de obligarlos a traicionar a sus compañeros de lucha.
Estos métodos de represión fueron transferidos a los sargentos y soldados del ejército y la Inteligencia Militar, a los esbirros del Buró de Investigaciones de la Policía Nacional, el Buró para la Represión de Actividades Comunistas (BRAC) y la Guardia Rural, responsables de cientos de muertos y desaparecidos en los últimos años de la tiranía batistiana, algunos de los cuales después se alzaron contra la Revolución.
Los bandidos actuaban de la misma forma a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, lo que ponía de manifiesto que respondían al mandato de la misma «escuela» de represión. Sometían a violentas golpizas a las personas que capturaban, en ocasiones las acuchillaban, las mutilaban, les sacaban los ojos, les cortaban los genitales, y concluían su «trabajo» ametrallándolas. Cuando las ahorcaban, para comprometer a todos sus colaboradores los cabecillas los obligaban a hincar con sus bayonetas los cuerpos de las víctimas. Finalmente abandonaban sus restos mortales en pleno monte o los enterraban en lugares intrincados para ocultar las pruebas de sus delitos.
Entre los principales crímenes cometidos por las bandas, se caracterizaron por su sadismo el ametrallamiento del niño de 22 meses Reinaldo Muñiz-Bueno Machado en el kilómetro 78 de la carretera central; el asesinato de los hermanitos Yolanda y Fermín Rodríguez Díaz de 11 y 13 años, en la zona de Bolondrón, en Matanzas; el del adolescente Leopoldito Martínez de 11 años, en San Antonio de las Vegas; los asesinatos de Conrado Benítez-Eleodoro Rodríguez y Manuel Ascunce-Pedro Lantigua; el ametrallamiento de la familia Romero; del matrimonio Fidel Claro Álvarez María Luis Perera y de la familia Ramos Aróstica; el asalto a varios vehículos en la Loma del Puerto, en Trinidad, donde causaron cinco muertos y 15 heridos, y el ahorcamiento en presencia de sus padres de Rubén Navarro Jaime de 15 años, en la finca El Güije, del barrio de Río Ay, en Trinidad, y el de Emilio Pisco Sánchez de 16 años, en la finca La Fe, de la granja Benito Viñales, en Camagüey.
Las bandas de alzados incendiaron más de 150 escuelitas rurales construidas por la Revolución, cientos de viviendas campesinas, tiendas del pueblo, e innumerables objetivos de la economía agrícola en todo el país. Después de cometer estos hechos abandonaban el lugar del crimen para evitar el enfrentamiento con las unidades de Lucha Contra Bandidos.
Unas 299 bandas terroristas que aglutinaron alrededor de 4 328 alzados, fueron derrotadas por nuestro pueblo organizado en las Milicias a un alto costo en vidas. Un total de 618 combatientes y milicianos murieron en los enfrentamientos, otras 196 personas fueron asesinadas por las bandas y más de 70 resultaron heridas en actos terroristas. Unos 635 alzados murieron durante las operaciones militares, y debido a pugnas internas los bandidos cometieron al menos 18 asesinatos en sus propias filas. En total unos 1 467 cubanos perdieron la vida en una guerra fomentada por el gobierno de Estados Unidos, a cuyas autoridades no les interesaban las bajas de una u otra parte.
La victoria frente a estas agrupaciones terroristas fue posible porque frente a ellas combatió un ejército de hombres y mujeres humildes, bajo el mando de un verdadero líder como Fidel Castro, quien trazó la estrategia y la táctica del enfrentamiento, dirigió muchas de las operaciones militares y de contrainteligencia, y definió la política a seguir para proteger a las familias campesinas del accionar terrorista de las bandas.

Pedro Etcheverry Vázquez| internet@granma.cu
Manuel González Castellón | internet@granma.cu
Investigadores del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado.

1
Cumpliendo indicaciones de Pinto Rodríguez, el 11 de junio de 1962 la banda de Alfredo Borges Rodríguez (Maro) secuestró a los miembros de una comisión de estudios topográficos, en El Monte de las 16 caballerías, granja Ismael Saure Conde, zona Guasimal-El Jíbaro. Fueron asesinados Luis Ruiz Salvador, José Luis Abreu Ruiz, Bienvenido Pardillo Quintero y Rodrigo Quintero Castro, este último de 16 años y militante de la UJC.
2
Organización paramilitar encabezada por el batistiano Rolando Masferrer Rojas, responsable de numerosos asesinatos de obreros, campesinos y estudiantes en la provincia de Oriente.
3
Seguidores de Eusebio Mujal Barniol, secretario general de la Confederación de Trabajadores de Cuba, que respondía a los intereses de Batista y las trasnacionales estadounidenses y dirigía una camarilla de corruptos y traidores a la clase obrera.

Buscando a Pablo, el escritor y brigadista cubano enterrado en Montjuïc




En julio de 1936 el escritor y brigadista cubano Pablo de la Torriente Brau asistió a un mitin a favor de la República española en Union Square y decidió que tenía que ir a España a luchar en la Guerra Civil. Participó en la Batalla de la Carretera de La Coruña, en el noreste de Madrid, entre el 29 de noviembre de 1936 y el 15 de enero de 1937. En uno de los días más cruentos por la superioridad numérica del enemigo y por la niebla, el brigadista cubano cayó y cinco soldados rescataron su cadáver de entre las líneas enemigas.
“Encontré a Pablo: estaba tendido en el suelo, boca arriba, el cuerpo todavía estaba caliente. Le grité, ‘Pablo’, pero no me contestó. Le quité la chaqueta y la camisa y vi que una bala le había entrado por el corazón y le había salido por el hombro”, escribía el soldado Justino Frutos, que fue compañero de Pablo de la Torriente Brau en la décima Brigada Mixta, comandada por Valentín González, el Campesino.
El cuerpo fue embalsamado y lo enterraron el 23 de diciembre de 1936 en el cementerio madrileño de Chamartín, y el 13 de junio de 1937 lo trasladaron al nicho número 3772 de Montjuïc con el propósito -así lo quería él y su mujer- de llevarlo a Cuba. Pero los republicanos perdieron la guerra y Pablo de la Torriente Brau nunca salió de Montjuïc.
Desde los años 60, el consulado cubano quiere recuperar los restos de este periodista y escritor cubano a quien el poeta Miguel Hernández dedicó el poema Elegía segunda que después Silvio Rodríguez convirtió en canción.
Pero exhumar los restos de Pablo de la Torriente Brau no es fácil. En el Registro de Cementerios de Barcelona consta que su cuerpo estaba embalsamado y que se depositó en el nicho 3772 en una concesión temporal por dos años. El 26 de septiembre de 1939, según se especifica en el mismo registro, se acabó la concesión, se sacaron sus restos del nicho, y se colocaron en una fosa. En ningún lugar se especifica cuál.
Un estudio elaborado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la Asociación Científica ArqueoAntro, la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales y la Universidad del País Vasco reivindica su exhumación y da muchos detalles sobre dónde podría estar enterrado De la Torriente. El antropólogo Javier Iglesias, de la Sociedad ArqueoAntro, que ha participado en más de 40 exhumaciones, destaca la importancia de que los restos del brigadista cubano sean desenterradas: “Es vital recuperar los restos de aquellos que vinieron a luchar en España contra el fascismo y, además, lo reivindican desde los años 60”, asegura.
En 1963 Isidro Rosales Quesada, técnico de la Embajada de Cuba, redactó un informe para localizar la tumba de De la Torriente. Rosales contaba que había visto el nicho y que los trabajadores del cementerio le habían indicado la fosa donde se la había enterrado en 1939: “Está al lado del nicho y la fosa está totalmente sellada”, aseguraba Rosales. En ese momento, sin embargo, la exhumación fue imposible.

Conversaciones con la Generalitat

En 1970 la hermana de Pablo de la Torriente Brau, Zoe, se entrevistó con el enterrador que sacó el brigadista cubano de su nicho y lo trasladó a la fosa, y le indicó el mismo lugar que mencionaba Rosales.
“Esta persona, con la ayuda de un libro de referencia que utilizan los trabajadores del cementerio, la llevó al lugar que él recordaba y, sin dudarlo, señaló el punto exacto donde se depositaron los restos del Pablo y de once adultos más y dos fetos, que podrían proceder de otras sepulturas temporales o bien haber llegado ese mismo día en el cementerio”, afirma el estudio.
En otro documento se detalla que, según el enterrador, los otros once enterrados podrían ser fusilados. Años más tarde, otra hermana del Pablo, Nora, fue al cementerio y el enterrador le indicó el mismo lugar.
La dirección general de Relaciones Institucionales de la Generalitat admite que está en conversaciones con el consulado cubano -hay prevista una reunión esta semana-, pero que aún no puede adelantar qué acciones emprenderá. Iglesias cree que es importante abrir una zanja y averiguar qué hay debajo del lugar que señalaron tanto Rosales como las dos hermanas del brigadista: “Puede ser un osario, una fosa individual o colectiva”, apunta Iglesias. “La familia señala un lugar pero en esta zona no tenemos constancia de que hubiera habido ninguna fosa. Hoy en día no tendría ningún sentido que enterraran alguien allí, pero era en 1939 y entonces podía pasar de todo”, dice el director general de Cementerios de Barcelona, Jordi Valmaña. En cualquier caso sería la primera exhumación de este estilo que se hace en el cementerio de Montjuïc.

Una mata de pelo

El equipo de Iglesias aporta también pruebas genéticas. En 2009, Zoe de la Torriente Brau entregó a Vicente González, presidente de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, una mata de pelo que su hermano le había dado poco antes de venir a luchar en la Guerra Civil Española: “Es todo un reto para los genetistas, porque nunca antes se había tenido material genético de una persona represaliada, pero también se podría comparar con familiares no directos [ni Pablo ni sus hermanas tuvieron hijos pero la Asociación de Amigos de las Brigadas internacionales está intentando localizar familiares de tercer grado que viven en España] o pedir al gobierno cubano que exhumar los restos de alguna de sus hermanas enterradas en Cuba”, dice Iglesias.

Uno entre mil brigadistas cubanos

Víctor Casaus es el director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, fundado en 1996 en La Habana para preservar el archivo y toda la documentación del escritor y brigadista cubano. Han publicado toda su obra en doce volúmenes: “Raúl Roa [un escritor y diplomático cubano] intentó en muchas ocasiones encontrar los restos del Pablo, incluso durante el gobierno franquista, pero no lo consiguió”, asegura Casaus.
“En Cuba es muy conocido como escritor, por su obra periodística. Escribió Crónicas de la guerra en sólo tres meses, los que estuvo luchando, y porque vino en España, como más de mil cubanos, para defender la República”, añade.
Pablo de la Torriente Brau nació en Puerto Rico el 12 de diciembre de 1901 y se trasladó a Cuba con su familia en 1913, donde su padre fundó el Colegio Cuba. Se matriculó en la Universidad de La Habana pero nunca se licenció porque se involucró en la lucha política contra la dictadura de Gerardo Machado. Escribía en diferentes publicaciones y estuvo en prisión dos veces. Soñaba ser capitán de barco y superó todas las pruebas de la Escuela Naval de Cuba pero al final del examen salió su espíritu rebelde y escribió: “En Cuba, senador es sinónimo de botellero [aprovechado]”.
Se exilió en Nueva York dos veces y se ganó la vida fregando platos y vendiendo helados. Allí fue donde decidió que tenía que irse a España a luchar:
“He tenido una idea maravillosa. Me voy a España, a la revolución española. ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Estaré cuando ni Hitler ni Mussolini puedan sostenerse más y se lancen a la guerra, y entonces vendrá la batalla definitiva entre oprimidos y represores. Y asistiré, sea como sea, el gran triunfo de la revolución”, escribió.
El 1 de septiembre, este escritor y periodista al que Cuba ha dedicado una fundación muy activa a nivel cultural, cogió un barco para ir a España. De momento, 81 años después, todavía no ha salido. “Me quedaré en España, compañero/ me dijiste con gesto enamorado/ y al final sin tu edificio tronante de guerrero/ en la hierba de España te has quedado”, escribía Miguel Hernández en el poema que le dedicó.

Silvia Marimón
Cubadebate

miércoles, 29 de marzo de 2017

MINREX: La OEA, su Secretario General y su dueño, no podrán con la Revolución Bolivariana y chavista




La sala Simón Bolívar que, para escarnio del Libertador, ocupa el Consejo Permanente de la decadente y vergonzosa Organización de Estados Americanos (OEA) fue testigo este 28 de marzo del combate de sus descendientes —hijos del líder bolivariano Hugo Chávez—, en defensa de la soberanía, la independencia, la autodeterminación y la dignidad de Venezuela y de toda Nuestra América.
La batalla librada fue por principios, en contra de las intenciones imperiales y oligárquicas de truncar el derecho de los pueblos y los Estados a emanciparse, ejercer su soberanía y darse el sistema político, económico, social y cultural que libremente elijan.
La OEA que enfrentó a Venezuela es la misma que endosó agresiones e intervenciones militares; es la que ha guardado cómplice silencio ante graves violaciones democráticas y de derechos humanos en todo el hemisferio, que incluyen, entre otras, golpes de Estado, desapariciones de personas, detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos de estudiantes, periodistas y líderes sociales; desplazamientos forzados causados por la pobreza y la violencia; muros, deportaciones, comercio desigual, contaminación medioambiental, narcotráfico y agresiones culturales.
Es evidente la coincidencia entre la actual agitación de la OEA y aquel 1962, cuando la conjura era contra Cuba. El Ministerio de Colonias vuelve a cometer hoy los mismos errores: nuevamente funcionaron las intensas presiones y chantajes de EE.UU. sobre un grupo de países, incluyendo los más pequeños y vulnerables; y otra vez se produjo la actitud sumisa de aquellos que prefieren hincarse y someterse, a enfrentar al gigante de las siete leguas.
El papel de verdugo correspondió a un senador y aspirante perdedor al trono del imperio, en las últimas elecciones presidenciales, y quedará para la historia como evidencia de la necesidad de cambiar la relación enfermiza entre esa América y la nuestra.
Se confirma la certeza de que la proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz adoptada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños refleja los principios para tratarnos con respeto y fraternidad entre nosotros, y a la vez el reclamo como países independientes de ser tratados como iguales.
La OEA demostró una vez más su incapacidad para frenar la execrable e histérica postura de su Secretario General, al servicio de los centros de poder y en franca violación de la letra y el espíritu de la propia Carta de esa lamentable organización. Con suficiente elocuencia, quedó demostrado cómo el Consejo Permanente intervino en asuntos de la jurisdicción interna de uno de sus Estados miembros, en flagrante quebrantamiento del artículo 1 de la Carta fundacional.
Sin embargo, no logró imponerse al Consejo Permanente una decisión en contra de Venezuela, ni darle continuidad a los intentos de aplicar la Carta Democrática Interamericana a ese país, con la finalidad de su suspensión, ni aprobar ningún informe u hoja de ruta mal intencionados e injerencistas.
Se demostró que Venezuela no está sola. Es motivo de orgullo la valiente defensa de quienes colocaron en alto la dignidad latinoamericana y caribeña, y se pusieron del lado de la verdad, la razón y la justicia. La OEA, su Secretario General y su dueño, no podrán con la Revolución Bolivariana y chavista que dirige el indoblegable presidente Nicolás Maduro Moros, ni con la unión cívico militar de su pueblo que él encabeza.
Mientras la ignominia y la vergüenza se retorcían en Washington, en Caracas, ese pueblo bravo, cuyos derechos humanos y libertades democráticas fueron enaltecidos por la Revolución, respaldaba a su gobierno y celebraba en las calles la victoria de la moral y de las ideas bolivarianas.

La Habana, 28 de marzo de 2017

“Mis canciones son mis aspiraciones”




Entrevista al trovador cubano Silvio Rodríguez

La primavera lo trae de La Habana a San Juan. Como si fuera poco sensibilizarnos con una canción de Silvio Rodríguez, que siempre enamora o enoja.
Disfruto brevemente de ese raro privilegio de robar por unos instantes la atención de un poeta, al sentirme el blanco de las sentencias filosóficas que debo develar. Ahí comienza esa inquietud en la que quiero escuchar primero un manojo de sus canciones y releer ese cuento de Cortázar que tanto le gustó, para encontrarme de frente con el Apocalipsis 2:10 “Se fiel hasta la muerte”, de El Perseguidor.
Comienzo por la génesis. La evocación de amor entre nuestras islas “que de siglos atrás se vienen cambiando los hijos y enviándose libertadores”, recordatorio pertinente del antillanismo martiano.
¿Cuándo conoció y cómo valora, los nexos históricos y culturales, que unen a Cuba y a Puerto Rico?
Algunos nexos entre Cuba y Puerto Rico están dados, en cierta medida, por su condición de islas que no tuvieron la suerte libertaria que impulsó Bolívar en la América continental. Por eso cuando Martí funda el Partido Revolucionario Cubano, el objetivo no sólo era la liberación de Cuba sino también la de Puerto Rico. Tan es así que el Partido Revolucionario Cubano tenía una Sección Puertorriqueña. En parte eso explica que hubiera combatientes puertorriqueños en nuestras guerras de independencia, y que en años posteriores continuaran entre las dos islas los vínculos de hermandad revolucionaria. Son verdades que se me empezaron a revelar en la niñez, con Martí. Después, con los años y la Revolución, fui abundando en el tema.
¿Qué recuerdos y experiencias quiere resaltar de los primeros viajes a Puerto Rico?
La primera vez que toqué tierra puertorriqueña fue por 20 minutos, en una escala técnica de Puerto España a Santo Domingo. En aquel vuelo íbamos Noel Nicola y yo a un evento que se llamó “7 Días con el Pueblo”, donde entre otras maravillas descubrí a Lucecita Benítez. A principios de los 80 estuve en San Juan, en un festival de canción hispanoamericana. Entonces recuerdo haber compartido mucho con Danny Rivera, y también con Chucho Avellanet, que era compañero de Marisela Berti. A mediados de los 90 vine desde París a hacer un concierto con Roy Brown, y recuerdo que en la conferencia de prensa tuve el gusto de conocer a Andy Montañez. A Andrés Jiménez, al Topo y a Zoraida Santiago los conocí en Cuba. Hubo tiempos en que los trovadores de ambas islas nos veíamos relativamente a menudo.
A este niño que quiso ser astrónomo y que hoy considera ser hijo de esa explosión, de esa continuidad del movimiento que ha sido siempre la expansión del universo; identificado con ser parte de la naturaleza. Al poeta adolescente, que a los 21 años tenía en su zurrón de aprendiz, casi 200 canciones escritas; a este hombre que no espera ser el último cantautor, pero tal vez va quedando como el único -al decir de Joan Manuel Serrat- capaz de convocar multitudes solo con su guitarra, preguntamos…
¿Por qué se considera un trasgresor en el arte y en la vida?
Sinceramente, no recuerdo haber dicho que me considere así. Aunque sí creo que la plenitud no se consigue desde la mediocridad. Los grandes momentos de una vida o de un arte, casi siempre, están testimoniando trasgresiones.
Con una intención desmitificadora, la vida lo puso un “Martes 13” de junio de 1967, en la pantalla de la Televisión Cubana. Desde entonces sus canciones, presencia y sentimiento expresado, lo han hecho -como mínimo- no pasar inadvertido. Este es el primer concierto internacional que hará Silvio, después de la muerte de la conocida locutora cubana Eva Rodríguez, quien lo presentara hace 50 años atrás en el programa “Música y Estrellas”, junto a Los Zafiros, Alba Marina, Marta Justiniani, Dulzaides y su combo con Regino Tellechea. La jovial presentadora lo anuncia en debut como una sorpresa. Un nombre que habrán de recordar. Silvio quedó solo, sentado en una banqueta con su guitarra y dos canciones: “Quédate” y “Del sueño colgado y la tierra”.
¿Por qué hay gente que lo ama y otras que no le dan tregua?
Supongo que porque “he dicho lo mío a tiempo y sonriente”.
Yo los remitiría a “Debo Partirme en dos”: Pero me fui enredando en más asuntos/y aparecieron cosas de este mundo: /«Fusil contra fusil», «La canción de la Trova»;/y «la era pariendo» se puso de moda./Debo partirme en dos./Unos dicen que aquí,/otros dicen que allá/y sólo quiero decir,/sólo quiero cantar/y no importa la suerte/que pueda correr/una canción.
¿Quién pesa hoy, el Silvio rebelde o el moderado?
Sea cual sea el que predomine, espero que no sea con sobrepeso.
La coherencia de lo que fue se logra en 1967, cuando la Casa de las Américas, convoca el Primer Encuentro de Canción Protesta, que estimuló a lo que se dio en llamar la nueva canción latinoamericana. ¿En el contexto histórico actual, se invalidó el término de “Canción Protesta”?
“Protest Song” fue la forma en que alguien, posiblemente un periodista, etiquetó a cierta corriente de la canción nacida de las luchas sindicales en los Estados Unidos. En América del Sur y en el Caribe también había expresiones parecidas en el folklore y en la canción popular. Pero Protest Song pegó y llegó a convertirse en una marca que, probablemente, hasta vendía. Fue uno de esos clichés que el tiempo desdibuja. Aunque también hay que decir que continúa existiendo la canción de autor, contestataria, de propuesta, inteligente o como quiera usted llamarle.
Cuando Silvio y sus 14 “Amoríos”, (Ojalá Producciones, 2015), fueron presentadas en La Habana, Cuba, asistimos un mágico paseo en el tiempo, a través de las canciones escritas entre 1967 y 1980. Celebrando el decursar de su profundo lirismo, con sus musas desbocadas. Sobrepuesto, atenuado o vapuleado por el tiempo, allí estaba su público; nacionales y extranjeros que persiguen esta oportunidad como un lujo. Han pasado muchos años. “He tenido la oportunidad de hacer conocer mi trabajo en mi país, cosa que a veces muy poca gente consigue, y eso es un privilegio. Y yo me siento muy agradecido de eso, me parece que fue un don, que es una suerte, que es un regalo que me hicieron, un poco como aquellos duendes que me susurraban las canciones”, ha dicho Silvio. Y esa vez, le dedicó el disco “al pueblo de Cuba, que es capaz de amar y desamar, igualito que todos los que estamos aquí sentados”.
“En cuál de esos planetas”, de su disco Amoríos, exalta la necesidad de la paz. ¿Qué queda del autor de “Playa Girón”?
Aquellos eran años en que disponía de casi todo mi tiempo para componer. “En cual de esos planetas” la hice poco después de “Playa Girón”. Claro que era otro día y otra realidad. No estaba en un barco, en alta mar. Estaba en mi apartamento, viendo como un rayo de luz se filtraba a través de una hendija… Podría decir que ahora también me pasan cosas interesantes, quizá no tan vertiginosas, pero también inspiradoras. Le garantizo que yo no he dejado de oír ese llamado. Y que, siempre que tengo tiempo, respondo.
Confieso que la siguiente pregunta no es mía. Le he pedido a mi hija veinteañera, que si tuviera la oportunidad de hacerle una pregunta a Silvio cuál sería. Y contestó con su interrogante:
¿Tiene sentido que los jóvenes músicos, hagan “trova” en este momento, sea nueva o novísima?
Tiene tanto sentido, o más, que hacer algunas cosas que hoy se hacen. Gente con guitarra ha habido siempre, y hasta ahora nadie ha dicho que sea mala combinación.
Entonces acoto con sus palabras: “Hoy en día cualquiera escribe un reportaje de lo que sea, cualquiera publica una foto de lo que sea, cualquiera escribe una canción de lo que sea”.
¿Cuál es para Silvio Rodríguez, el valor de la autenticidad en la creación? ¿Cuál es la utilidad de una canción?
Cuando uno de esos reportajes, foto o canción dice algo en el que muchos se reconocen, eso tiene un valor. Al menos comunicativo. Y no digo artístico porque lo artístico implica cierta elaboración, cierto dominio de un lenguaje. La utilidad mayor que yo le veo a una canción es la de hacernos compañía.
Tal vez todo está en su justo orden, y quizá él sea mucho más de lo que cree. Una estudiante sudamericana ha dicho: “Las canciones de Silvio han acompañado a casi todos los movimientos estudiantiles y políticos de América Latina -continúa- pero también a los enamorados. A los despechados. A los tristes. A los furiosos. Y colman de trova y viento de Cuba cualquier auditorio pleno a golpe de poesía y sencillez”.
Es hora de preguntarle al poeta por qué él transcurre y el público no. Él mismo lo ha referido para definir cómo su “audiencia” es mayoritariamente joven.
¿Eso ha cambiado? ¿Por qué sucede?
Sin dudas el público cambia, puesto que cambian los tiempos. También cambia la manera en que las cosas se perciben y hasta aprecian, y en ese saco incluyo a las canciones. Hay canciones que en los momentos en que fueron escritas tenían unas connotaciones, y hoy, décadas después, pueden parecer diferentes. Recuerdo que cuando mi generación empezó a cantar, parte de lo que hacíamos no se entendía. No sólo eran temáticas nuevas sino formas de hacer también distintas. Se agregaron palabras que no se usaban y la sintaxis se volvió personal. Hoy puede parecer más “normal” lo que entonces resultaba revolucionario. Hasta cierta zona de la canción comercial se nutrió de aquella experimentación. Lo que llaman “éxito” también puede tener esa cara.
“Por todo espacio, por este tiempo. Silvio Rodríguez en barrios de La Habana” es el título de un libro de crónicas de Mónica Rivero Cabrera y fotografías de Alejandro Ramírez Anderson que recomiendo. La honestidad de su semblanza, relata la realidad que viven Silvio y sus músicos, en su indetenible periplo por los barrios de La Habana. Mis hijos lo siguen como tantos. Van como juglares por calles, donde se aglomeran expectantes jóvenes, ancianos, amas de casa, gente común. Los que ni se tomarían la molestia de asistir a un Teatro -no es su prioridad- y los que sí, disfrutan juntos del concierto. Esta gira tiene un precedente no relegado, los conciertos en las penitenciarías cubanas. El 16 de Octubre de 2016, Día de la Cultura Cubana, amaneció el escenario montado en el Establecimiento Penitenciario Combinado del Este, ante reclusos de diferentes generaciones.
En este mismo mes de marzo, acompañado de su esposa, la artista Niurka González, Flauta y Clarinete; Oliver Valdés, Batería, el Trío Trovarroco y como invitado Carlos Varela y su grupo, tuvo lugar el Concierto número 81 de la Gira por Los Barrios. Iniciada desde hace siete años, la ocasión celebró el aniversario 330 de la fundación de la Villa de Regla, desde la explanada donde desembarca la popular lanchita que traslada a sus habitantes hasta la Habana Vieja.
¿Qué lo empeña a seguir en la gira por los barrios de La Habana? ¿Cuál anécdota significaría de ello?
Son varias las razones. Una, porque es muy buen camino, porque es justo y porque es hermoso. La gente lo agradece, se pone feliz. Ves familias enteras en los balcones, infinidad de niños, amas de casa que de otra forma nunca hubieran estado. Yo empecé pensando que lo hacía para ayudar y ahora me siento el ayudado. Como que tengo vicio. El mes que no hago un barrio, síndrome de abstinencia.
De carácter reservado, el trovador suele parecer inaccesible.
¿Cuál es el límite inasible de su amistad? o ¿cómo gana los amigos y los enemigos?
La accesibilidad no sólo depende de una persona sino de un conjunto de factores, incluso del entorno. En relaciones humanas creo ser bastante normal. Aunque las verdaderas amistades necesitan probarse.
“Yo soy de donde hay un río, evoca al Ariguanabo de las afueras de La Habana -ya no tan cristalino- donde hubo tiempo de crecer junto a la lectura de su padre con textos de José Martí, Juan de Dios Peza, Rubén Darío y una madre con la musicalidad heredada. El color de sus afectos también tiene imagen y aprendizaje.
¿Cómo define el amor?
Como una necesidad, como un camino que se escoge.
Tiene siete hijos, amor y talento, ¿cuál considera de todas, la mayor “bendición” en su vida?
Que semejantes me hayan prestado atención.
De un hombre realista, con suficientes ganas de soñar y expresar la belleza sin pretensión, merecemos conocer. A la altura de sus 70 años, partiendo de la mística como esa capacidad de asombro ante el misterio de las cosas expresada en sus canciones, qué de ello subsiste hoy día.
La capacidad de asombro es cierto apego a la infancia. Acaso haya vidas que no dan esa oportunidad. Otras tienen esa fortuna.
Doy vueltas para entrar en el gran tema de contraste, la muerte.
Qué significa para usted la frase de John Keats como epitafio: “Aquí yace uno cuyo nombre fue escrito en el agua”.
Eso que dijo Keats, que sólo vivió 26 años, demuestra que no hacen falta 70 para ver una gran verdad.
Ya sé que el propósito de un poeta no es el imposible, pero limita con lo sobrenatural.
¿Dónde queda el surrealismo en su obra?
La vida es la que parece avanzar hacia el surrealismo. Lo que querría decir que el naturalismo y el surrealismo podrían llegar a intercambiar papeles.
Aquí apuro el paso donde el amor mitiga el espanto cotidiano. Vivimos en tiempos de tendencia “egoísta”.
¿Cómo define a “la especie humana”? ¿En qué ésta ha fracasado?
Hay demasiada gente diciendo ese tipo de cosas para que me guste repetirlas. Prefiero lo contrario, que es cada vez más raro. Pero no el optimismo baboso de los ultras, sino el que no cierra los ojos para vernos. Y eso me trae a la memoria: “Dicen que la gente es mala y no merece, / más yo partiré soñando travesuras: / acaso multiplicar panes y peces…”
Sobre la realidad que vivimos hay otra, y otra. ¿Ha podido escapar de la trampa de la fama o cómo lo asume?
Recuerde que “yo quería cantar encapuchado”. Pero aquello era un deseo condenado al fracaso. Imagínese, en Cuba todo el mundo se hubiera enterado al minuto: “Ese es el hijo de Argelia, la peluquera”. En otros países me hubieran acusado de exaltación al terrorismo.
En el viaje de la creación, ¿cuándo música y letra dejan de bifurcarse, para ser una? Mayormente, ¿necesita de alguna sensibilidad herida, pasajera o profunda, para componer?
Para ser una sola cosa, palabras y música sólo necesitan ser canción; género bastante antiguo, adoptado por muchas culturas y maneras, pero que por algo sobrevive.
Alguna vez leí que Gabriel García Márquez, le sugirió en un inquietante vuelo de avión, algunos temas para canciones que no daban para cuentos. Intentó darle “taller” y sólo recientemente dijo, logró algo cantable. Casi nunca trabaja un texto primero y generalmente le pone texto a la música que hace. A la inversa le cuesta mucho trabajo.
La inspiración parte de un instinto básico, que es el de la imitación. Uno ve algo y lo quiere reproducir, expresar, o sencillamente retener para no olvidarlo. Por ese instinto los bebés llegan a decir mamá. Y otros bebés nos complicamos con instrumentos y metemos ideas en melodías. Lo hacemos tanto que a veces las palabras se nos aparecen ya cantando. No es tan misterioso, en realidad.
Entonces, ¿qué dicen del Silvio hombre, sus canciones?
Mis canciones me relatan, pero me superan, porque también son mis aspiraciones.
Laborioso y meditativo ante cada nueva obra discográfica, que suman hasta hoy 19 volúmenes y no por falta de canciones. ¿Qué hay de nuevo en los proyectos discográficos u otros, que lleva simultáneamente?
Este año me lo reservé para terminar algunos de esos proyectos, que parecen interminables. No es que no me guste que sean interminables, creo que tienen derecho a serlo. Pero también me siento con derecho a intentar que no lo sean. En ese estira y afloja estamos ahora mismo.
Mencione su Discografía más importante. ¿Alguna recomendación?
El próximo. Siempre el próximo me parece el mejor.
¿Cuáles son sus temas e intérpretes preferidos de las canciones de su autoría? ¿Son esos, los temas suyos más solicitados?
Compañeros de generación suelen identificarse, por la cercanía, con cierto aliento de las composiciones. Les ha pasado igual conmigo, lo hemos hablado… Y no, no es cosa que tenga que ver con las solicitudes.
¿Cuáles son los momentos más trascendentales de su vida artística?
No sucede nada en el mundo, cuando ocurren. Son brevísimos instantes personales de fascinación.
Leer ha sido su rutina cada mañana, dice que lo necesita. Se confiesa un enamorado de la literatura, la escritura y de la Ciencia Ficción, en específico. Le siguen, la pintura y la música, en cualquier orden.
¿Qué figuras – vivas o muertas- han marcado su formación estética y artística?
José Martí, Rubén Martínez Villena, José Zacarías Tallet. Los poetas de la revista Orígenes. César Vallejo, Pablo Neruda, Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Jack London, Alexander Pushkin, Anton Chejov, Vladimir Maiakovsky. Vincent Van Gogh y los impresionistas, Picasso, Bertolt Brecht, Hermann Hesse, Ray Bradbury, Will Eisner, Virgilio Martínez, Walt Disney, Orson Wells, Charles Chaplin. Y sólo estoy empezando…
Tan pequeño como a los siete u ocho años, compuso su primer poema. Descubre la música clásica a través de dibujos animados, que lo llevan a hacer su propia exploración en la Biblioteca Nacional, donde pasaba horas escuchándola.
De todas las incursiones en la música, o ” géneros” ¿cuáles prefiere?
La música que más he escuchado es la orquestal, sinfónica, conciertos, música de cámara. Desde Johannes Sebastian Bach hasta Lien y Rey, pasando por Leo Brouwer. También disfruto de alguna trova y jazz.
¿Alguna vez ha compuesto por encargo? ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Trabajé bastante para cine y otras formas de arte colectivo. Sé que la música que pueda parecer más espontánea también es una especie de encargo que uno mismo se hace.
Hay algunos kilómetros del río, donde aún se puede navegar en San Antonio de los Baños. Cuando quiere hacer un regalo especial a un amigo, se lo lleva al pueblo donde nació, que fundaron los canarios en 1794. Hoy reconocido por la Bienal del Humor –mucho que ver, también Silvio fue caricaturista- y por la Sede de la Escuela Internacional de Cine y Televisión. De ello da fe su pasión por la fotografía, y la música para cine. Toda su obra es imagen. Como él es un símbolo, en sí. ”La angustia es el precio de ser uno mismo”
Lo han etiquetado de tantas formas. ¿Con cuál definición se queda de sí mismo?
El hijo de Dagoberto y Argelia.
Finalmente. ¿Cuál es su concepto de espiritualidad?
Libre, todo lo libre que podamos ser.
Los boricuas siempre lo despiden con un “Ojalá vuelva pronto”. Algunos, son los de siempre, los otros son sus hijos. Qué le diría a los seguidores de su música, ya listos para verlo en la presentación del 25 de marzo.
Ojalá así sea.

Rosa María Fernández Sofía
80 grados

martes, 28 de marzo de 2017

Más de mil personas desbordaron homenaje a Fidel Castro en Madrid




El homenaje a Fidel Castro, celebrado este sábado 25 de marzo en el Auditorio Marcelino Camacho de CC.OO., en Madrid, resultó un éxito de asistencia y una demostración cálida de solidaridad con Cuba y de reconocimiento a la dimensión política y humana de Fidel Castro. Allí estuvo Cubainformación TV.

Hypermedia: la guerra cultural de la CIA contra Cuba con nueva sede en Madrid




Siguen lloviendo los fondos del Gobierno de EEUU para crear un cuerpo político opositor contra la Revolución cubana.
Edición: Ane Lópes. Fuente:

No ladran por gusto

Toda acción y trasformación de una contrarrevolución se debe a la evolución de las condiciones y el carácter de una revolución.

La contrarrevolución en Cuba transitó por su propia evolución histórica: De propuestas en oposición a una nación soberana, como el autonomismo y el anexionismo contra el independentismo, en la segunda mitad del siglo XIX, a la idealización cívica de la democracia burguesa en los años 40 del siglo XX, luego de la pugna contra la dictadura en que devino el servilismo corrupto y oportunista de ex independentistas y terratenientes criollos en la creación de una República pronorteamericana.
El ideario de los “auténticos” y de los “ortodoxos”, surgidos de la lucha antimachadista, pretendía ser también una alternativa a la continuación de las ideas comunistas y radicalmente antiimperialistas de Mella, Villena y Guiteras, – “Guiteras se comporta como un comunista, aunque él no se identifique como tal”, ha escrito Martínez Heredia-, que proponían además cambiar el sistema-base de los males nacionales. No por gusto los embajadores norteamericanos señalaban a Guiteras como de ¨extrema izquierda¨.
Desde ese entonces, como hacen hoy, el calificativo de ¨extrema izquierda¨ se usa por la contrarrevolución para dividir y crear distanciamiento entre los revolucionarios e identificar a los que por su posición consideran su mayor obstáculo.
Para el Batistato, como continuación del papel jugado por los machadistas (ambas no fueron dictaduras personales sino de grupos representativos de la contrarrevolución más agresiva), fue fácil desplazar por la violencia a “auténticos” y “ortodoxos”, así como neutralizar al PSP, pero no a la nueva generación de revolucionarios que encabezó Fidel Castro. Muchos que se habían unido por búsqueda y necesidad a Auténticos y a Ortodoxos (como el propio Fidel) terminaron, con su liderazgo, reconociéndose herederos de aquellos ideales de Mella, Villena y Guiteras cercenados en la década del 30 y se radicalizaron para iniciar el proceso que triunfó en 1959. Si el Morrillo guiterista fue el segundo 10 de octubre; el Moncada fue el tercero.
Esos momentos fueron revolucionarios no solamente por haberse enfrentado al colonialismo, al imperialismo y al capitalismo, sino por haber ocurrido ante las alternativas que proponía la contrarrevolución.
La contrarrevolución del 30 fue nueva, porque estaba enfrentada a una visión revolucionaria nueva, como antes la contrarrevolución plattista lo fue ante los revolucionarios que aun querían la plena independencia.
Como luego fue nueva la contrarrevolución auténtica y ortodoxa frente al Batistato, respecto a la posición revolucionaria del 26 de Julio y el Directorio Revolucionario.
En las primeras dos décadas después de 1959, la contrarrevolución fue belicista. Su ideario estratégico estaba basado en provocar, apoyar y esperar una invasión, crear alzamientos de bandas, infiltraciones, sabotajes y atentados.
Los Estados Unidos en su lucha contra los movimientos revolucionarios, de liberación anti colonial o anti neocolonial en África, Asia y especialmente América Latina, asumieron la organización y patrocinio de esa expresión de la contrarrevolución cubana.
La década del 80, con el éxito norteamericano y socialdemócrata en el Bloque Socialista en Europa, comienza a marcar una diferencia. La caída electoral del sandinismo de origen guerrillero en Nicaragua, junto a la implantación de políticas neoliberales de los Chicago Boys en el Chile post Allende y otros países de Latinoamérica. Y por otro lado, la demostración de capacidad militar de la maquinaria de guerra revolucionaria cubana en Angola, el cálculo oportunista de la doctrina militar estadounidense contra objetivos mucho más fáciles como la Granada de Bishop y la Panamá post Torrijos de Noriega. Todos fueron elementos globales que, en torno a la consolidación social de la Revolución en Cuba, hicieron evolucionar el accionar de la contrarrevolución de la mano de sus patrocinadores norteamericanos.
Dejando atrás el belicismo de pocos resultados, nació en los 90 la ¨disidencia¨, en aquel entonces novísima y que hoy consideramos con razón ya obsoletamente tradicional. La disidencia cubana de los 90 e inicios de los 2000, inspiración tropical de la disidencia soviética y del Este europeo, vivía de mostrarse como una voz por la libertad de expresión y por la democracia pluripartidista que intentaba, más que contraponerse, ¨disidir¨ con la ideología del gobierno cubano. Eran lastimosos, porque su función internacional era inspirar lástima.
En el 2003 la contrarrevolución de entonces y sus organizadores norteamericanos sufrieron un duro golpe. La detención de 75 ¨disidentes¨ hizo desaparecer de la noche a la mañana una estructura lograda con el trabajo y financiamiento de años. Echaron mano entonces a las esposas o familiares y crearon a las Damas de Blanco, que con gran aupamiento mediático y monetario lograron hacer visibles pero cuyo nivel de descrédito en poco tiempo llegó a ser enorme.
En los 2000 surge un nuevo espacio: Internet y en él nuevos elementos. Y avanzada la década una nueva herramienta: las redes sociales. El financiamiento de revistas, libros y reportajes en periódicos de tirada mundial, comenzó a convivir con los blogs que cada vez más fueron escalando el auge de la moda que permitió dar a conocer mediáticamente personajes contrarrevolucionarios fabricados para el nuevo escenario.
Nuevas experiencias globales del imperialismo con el uso de las redes sociales en Irán, Rusia, el Medio Oriente, y nuevamente América Latina, para combatir las victorias electorales del Socialismo del Siglo XXI (entre ellas, la de aquellos mismos derrotados sandinistas), las nuevas ¨revoluciones de colores y flores¨ en los antiguos países socialistas del Este europeo, hicieron que la contrarrevolución cubana fuera nuevamente reorientada.
Pero aun no era una neo contrarrevolución. Lo ¨neo¨ en la contrarrevolución de nuestros tiempos no está en el uso de las nuevas tecnologías sino en, sin abandonar sus intenciones, la reorientación de su discurso.
Hasta el 2007 era muy sencillo hacer una apología libertaria ante situaciones complejas que intentaron ser una contención durante las carencias del Período Especial frente al capitalismo y sus diferencias socioeconómicas, pero que después se revirtieron contra la vida práctica. Así ocurrió con el Permiso de Salida, las prohibiciones de viajes, la pérdida de residencia sin posibilidad legal de retorno, la inexistencia de posibilidades de servicios que no fueran estatales, la casi exclusiva vía de las becas en el campo para la Enseñanza Media Superior, la escasez de alternativas al consumo audiovisual, las políticas aduaneras de decomiso informático, la imposibilidad de poseer legalmente un celular, de comprar y vender un auto o una casa, de acceso a Internet y de hospedarse en un hotel. Todas ellas hacían extremadamente fácil el discurso de la contrarrevolución. Montar en aquel entonces una perreta en una Oficina de Inmigración por serle negada la posibilidad de viajar o en la carpeta de un hotel por impedirle acceder a Internet, se vendía por sí solo.
Incluso los revolucionarios se sentían golpeados y dolidos por esa realidad. Sostener a nivel personal el discurso de la Revolución en ese tiempo fue una prueba de fe y convicción en el socialismo, tanto, que con razón se nombró a ese período, ¨Batalla de Ideas¨.
La difícil e incómoda lucha por mantener la igualdad en una sociedad cambiante y bajo la hostilidad internacional llevó al Discurso del 2005, que señaló el peligro que podía destruir a la Revolución partiendo de nosotros mismos, que no es la corrupción –elemento acompañante-, sino la desigualdad social.
Pero ocurre lo inesperado y la enfermedad de Fidel acelera reformas que venían pensándose en parte por él mismo. Raúl las amplía y lleva adelante, la cosa se le empieza a poner mala a la contrarrevolución, no porque se la lleven presa en una patrulla de Villa Marista sino porque su discurso comienza a ser superado por la realidad y la evolución de la fuerza revolucionaria.
Nuevas ideas se debaten, nuevos conceptos se manejan, hay incertidumbre en cómo lograr las cosas pero hay madurez al asumirlas. Se abren negocios, cooperativas, caen en estruendoso silencio varios tabúes. Nuevos méritos se suman a los históricos, la necesidad más revolucionaria de superación de la homofobia, con la amplitud y riqueza cultural, de la aceptación de la diversidad individual. Hay un cambio de mentalidad que es propio de nuestra época pero que hubiese sido imposible careciendo de las bases históricas y humanistas de la Revolución.

La contra comienza a sentir el vacío abrirse bajo sus pies.

Es entonces que toman fuerza en el gobierno estadounidense los nuevos mecanismos diseñados por un sector de la comunidad cubanoamericana, cuyos rostros más visibles se presentaban con una imagen pacífica, conciliatoria, inclusivista, dialoguista, de un cercamiento comercial y diplomático hacia Cuba. La Casa Blanca, bajo el gobierno demócrata de Barack Obama, les abre sus puertas.
Ocurre un ¨consenso contrarrevolucionario¨ entre las nuevas fuerzas de cabildeo político impulsadas por Carlos Saladrigas y las viejas posiciones Miami-Washington representadas por Marco Rubio.
La estrategia pre y post 17D , diseñada, entre otros, por Arturo López-Levy para la New América Foundation, es asumida como el programa de acercamiento y penetración del socialismo cubano por la administración Obama.
Ocurre lo públicamente inesperado y secretamente preparado, la Declaración Bilateral del 17 de Diciembre del 2014 y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Desde principios de la década del 2010, venía haciéndose un minucioso trabajo de organización de una nueva estructura contrarrevolucionaria acorde a los nuevos tiempos.
Esa estructura debía adaptarse para aprovechar la libertad de expresión, el análisis y el funcionamiento intelectual alcanzado en Cuba por los revolucionarios.
Así nace lo que debe llamarse ya con su nombre y apellido, para que la fuerza revolucionaria lo identifique como tal: la neo contrarrevolución socialdemócrata.
Como mismo en los 40 y 50 la moderación de los partidos tradicionales fue la alternativa contrarrevolucionaria al Batistato. Hoy, la neo contrarrevolución socialdemócrata es la alternativa a la agresividad de la ¨Contra¨ belicista, dejando también atrás aquella facilista Disidencia, frente a la Revolución Socialista en Cuba.
Es por eso que el fidelismo está hoy en Cuba más vivo que nunca, en la medida en que surgen renovadas las viejas estrategias seudodemócratas presentándose una vez más como la ¨salvación¨ nacional.
Como tan vivo estuvo el pensamiento martiano, por radical y social, siendo independentista, que hizo que la carga del 26 de Julio llevara el nombre de Generación del Centenario.
Los bribones de esa Carga que pedía Villena, no eran desde entonces los que estaban instalados en el Cuartel, ni después en el Palacio el 13 de marzo. Sino los que aspiraban a convivir ¨democráticamente¨ con ellos. El Asalto al Moncada partió la columna vertebral de la socialdemocracia en Cuba.
Como dijo con la acción de Palacio, que si bien discrepaba de manera urbana con la lucha en la Sierra, reafirmó la ruptura del Directorio con la socialdemocracia que existía en parte de la FEU, como en otras organizaciones políticas y le afinca el merecido apellido de Revolucionario: ¨Que nuestra sangre señale el camino…¨
El antojo pretencioso e intencionado de re-visionar la Historia en busca de conveniencias es parte del proyecto de esta neo socialdemocracia contrarrevolucionaria.
Buscando indicios ¨alternativos¨ al camino socialista tomado por la Revolución Cubana luego de 1959, en presentaciones fragmentadas de Eduardo Chibás y la Ortodoxia, de los gobiernos del Partido Auténtico, de Grau San Martín y Carlos Prío, de figuras como Aureliano Sánchez Arango, exaltando a la Constitución del 40 por encima de la de 1976, hasta cuestionando la no celebración del 20 de mayo, buscando ¨nuevas narrativas históricas¨, incluso llegando a intentar aprovechar parte de la obra escrita de Raúl Roa en los 30, 40 y 50, en una de las mayores violaciones éticas que puede hacer un historiador al servicio de la política: la omisión de una cronología posterior.
El propio Roa dejó clara su visión cuando en 1968 dijo que su antiguo amigo Aureliano Sánchez Arango era ¨el mayor farsante de la generación del 30¨, que ¨la Convención Constituyente de 1940 representa el compromiso entre dos impotencias intrínsecamente similares: la contrarrevolución y la pseudorrevolución¨, que Grau fue ¨el Mesías de la desconflautación¨ (de la Revolución del 30) , que ¨ Carlos Prío era un caco que jamás trascendió la categoría de caca¨ y que el Partido Auténtico era el ¨aluvión amorfo de un pueblo políticamente subdesarrollado¨.
En su onanismo no dejan de rebuscar incluso en figuras del ideario revolucionario como Mella, Guiteras y José Antonio Echevarría. Todos son intentos para dar una investidura histórica artificial de la que carece por naturaleza la socialdemocracia en Cuba. Esa es la función historicista del “laboratorio de ideas” Cuba Posible.
Con su objetivo declarado de “facilitar” una “Cuba pluripartidista”, manejos como el de Cuba Posible en una supuesta Cuba postfidelista, fueron previstos por el propio Fidel cuando advirtió que “el pluripartidismo es el gran instrumento del imperialismo para mantener a las sociedades fragmentadas, divididas en mil pedazos”.
No dejarán, en su función más completa, encaramados sobre pedestales académicos y cubiertos por el camuflaje del debate intelectual, tomar esa base de ladrillos malamente pegados con tinta y saliva, para lanzarse desde ella sobre el proceso revolucionario ya anunciado que producirá una reforma constitucional. Arremeterán contra todo lo que huela al actual artículo 3 (sobre la irreversibilidad del socialismo) y al artículo 5 (sobre el PCC).
Intentarán, en un trabajo de calendario que ya da sus primeras muestras, introducir matrices creando expectativas que les sean favorables en ese debate. De no lograrlo, en una ¨cama¨ que ya están haciendo, intentarán desacreditar el proceso de reforma, como antes hicieron con el de la Conceptualización que les sirvió de ensayo.
La prensa extranjera, los medios privados o ¨nuevos espacios de comunicación¨ como se les quiere llamar, así como Radio y TV Martí, que ya les llaman “nueva fuerza política”, están ahí para apoyarlos.
Desenmascararlos hoy con el filo de la pluma, que es el arma de estos tiempos, es volverle a romper la columna vertebral a la contrarrevolución socialdemócrata en Cuba.
Ellos lo saben.
No ladran por gusto.

Javier Gómez Sánchez

Ramonet: "Ahora tengo ojos cubanos"

Los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez dieron a la humanidad uno de los más grandes regalos, la "Operación Milagro", que le ha devuelto la visión y atendido a más de tres millones de ciudadanos en el mundo, aseguró el prestigioso escritor e intelectual Ignacio Ramonet.
En una entrevista al conocido programa "Mesa Redonda", de la Televisión Cubana, Ramonet resaltó el humanismo de los líderes históricos de las revoluciones de Cuba, y bolivariana de Venezuela, creadores de ese proyecto médico dirigido especialmente a los más desposeídos de Nuestra América, y de otras regiones del planeta tierra.
El autor de "Cien horas con Fidel" rememoró varias anécdotas de cuando le realizó las entrevistas a su interlocutor para su afamado y excelente libro, publicado y reeditado en numerosos países, y en diversos idiomas.
Recordó que entonces él (Ramonet) usaba gafas (espejuelos) porque era miope, y fue el Comandante en Jefe de la Revolución de la mayor de las Antillas quien lo convenció para que se operara en La Habana.
El además sociólogo, periodista y analista político de origen español radicado en Francia contó seguidamente que tomó en serio el consejo de Fidel, y se sometió a una intervención quirúrgica en el reconocido hospital Ramón Pando Ferrer, donde le hicieron recuperar la visión y quitarse definitivamente los lentes.
A partir de ese momento, dijo, "tengo ojos cubanos", como muchos hombres, mujeres, ancianos y niños de la Patria Grande y del mundo, y ello gracias a ese enorme regalo solidario de Fidel y Chávez, y por supuesto de los pueblos de Cuba y Venezuela.
Ramonet tuvo palabras de elogios para la medicina de la nación caribeña, para sus galenos y muy particularmente para el Instituto Oftalmológico habanero Ramón Pando Ferrer, en el que diariamente sus doctores y personal asistencial hacen una colosal labor humana, aseguró.
El autor de relevantes libros, entre ellos "Mi primera vida” sobre Chávez ", recordó con especial admiración al líder bolivariano y a Fidel, quienes se convirtieron en dos de sus mejores amigos.
Pero, al menos a mi juicio, lo que más sobresalió de las afirmaciones del intelectual español fue que las hizo como si ambos aún nos acompañaran físicamente, en presente, igual que lo hacen, claro, millones de agradecidos que reconocen la obra y la valentía de esos gigantes de Nuestra América.
Y ciertamente, es que Fidel y Chávez nacieron para vivir eternamente... ¡Chapó! para Ramonet.

Patricio Montesinos

lunes, 27 de marzo de 2017

Fidel, siempre Comandante




Saludo de la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos al acto “Fidel Vive”

Compañeras y compañeros de la Solidaridad con Cuba del Estado Español:

Hoy no nos ha sido posible estar con ustedes en Madrid, rindiendo homenaje a Fidel. Sin embargo, no queremos dejar de transmitirles nuestro saludo y deseos de éxito en este acto.
Sabemos que para ustedes, como para nosotras y nosotros, homenajear al líder de la Revolución cubana no es hablar en pasado, sino afirmar con convicción nuestra determinación de continuar su lucha y su ejemplo, en presente y futuro.
Sabemos que Fidel hizo de cada combate una victoria y que fue el primero en ponerse al frente a la hora de encarar cualquier riesgo, confiando siempre en el pueblo de Cuba, que con tanto honor y valentía ha demostrado tantas y tantas veces estar a la altura de su historia y de su responsabilidad.
Sabemos también que el enemigo de clase está ahí, siempre al acecho y listo para asestar su golpe definitivo a las luchas de los pueblos.
Precisamente por ello, también sabemos que lo que trasciende de este homenaje es el compromiso de todas y todos por defender la vida de Fidel, sean cuales sean nuestras trincheras. Es lo mismo decir que lo que trasciende de este homenaje es la lucha por la justicia, por la paz y por la solidaridad.
CON FIDEL, compañeras, compañeros, seguiremos la lucha contra el Bloqueo y por la Devolución de Guantánamo.
CON FIDEL, seguiremos respaldando a la Revolución Bolivariana y respondiendo con contundencia a los ataques del imperialismo contra Venezuela y contra los procesos soberanistas de América Latina.
CON FIDEL seguiremos defendiendo la autodeterminación del Sáhara Occidental, exigiendo el fin de la ocupación sionista en Palestina y apostando por la Paz con Justicia Social para Colombia.
Con FIDEL seguiremos exigiendo la libertad de los presos políticos de los pueblos, empezando por Ana Belén Montes, pero sin dejar de lado a otros como Andrés Bódalo, Leonard Peltier, Mumia Abu Jamal, Abdullah Ocalan, Ahmad Saadat o los presos saharauis de Gdeim Izik.
CON FIDEL, en definitiva, compañeras y compañeros, seguiremos luchando por el Socialismo....como él mismo dijera, “con la moral y la razón de nuestro lado”.

VIVA LA REVOLUCIÓN CUBANA

ABAJO EL BLOQUEO

VIVA LA SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA NTRE LOS PUEBLOS

FIDEL, ¡SIEMPRE COMANDANTE!

domingo, 26 de marzo de 2017

Ana Belén Montes: la solidaridad con Cuba hasta las últimas consecuencias


España es destino del turismo sexual internacional, pero a su prensa le interesa el de Cuba.


El violento oficio de Rodolfo Walsh




De narrador de cuentos policiales a investigador y periodista comprometido. Su mejor arma, la máquina de escribir.

Una de las pasiones que acompañó a Rodolfo Walsh a lo largo de su vida fue el ajedrez. Desde que decidió mudarse a La Plata para comenzar la carrera de Letras, frecuentaba el Club de Ajedrez de la capital bonaerense del que se había hecho socio. A pesar de abandonar muy pronto sus estudios para dedicarse a trabajar, continuó pasando interminables horas en algún café entre peones, alfiles, cigarrillos, café y largos silencios. Con 29 años, el joven cronista y narrador de cuentos policiales viviría dos momentos cruciales en el transcurso del año 1956 mientras movía alguna pieza del tablero en el bar que frecuentaba. El 9 de junio, cuando se produjo el levantamiento del General Valle contra el régimen de la libertadora, presenció los feroces enfrentamientos desatados en las calles de La Plata luego del asalto al comando de la segunda división y al departamento de policía. Esa misma noche vio morir desde la ventana de su casa a un conscripto, pero decidió olvidarlo y volver a la rutina, a las narraciones policiales y al ajedrez. Seis meses después en el mismo bar, durante otra partida, escucharía las cinco palabras que marcarían a fuego su compromiso político y su obra: “Hay un fusilado que vive”. Un hombre en frente suyo repetía esa frase atrayendo la atención de Walsh quien siguió el indicio y comenzó desde la clandestinidad una investigación que denunciaría los fusilamientos de militantes peronistas de la Resistencia en José León Suarez durante el levantamiento de junio, denunciando directamente al gobierno golpista de ser el brazo ejecutor. De esta forma, Operación Masacre (publicada primero en 1957 y después en 1964 con las pruebas judiciales del caso incluidas) se convertiría en la primera obra del periodista que supo combinar la prosa literaria con los testimonios y la investigación periodística inaugurando un nuevo género en la narrativa: la novela de no ficción. En una breve autobiografía posterior Walsh diría que “Operación Masacre, cambió mi vida. Haciéndola comprendí que además de mis perplejidades íntimas, existía un amenazante mundo exterior” (1965).
En 1957 un nuevo caso policial despertaría su atención. El asesinato del abogado Marcos Satanowsky lo llevó a realizar una minuciosa tarea de investigación periodística recolectando datos, testimonios, entrevistas, siguiendo cada indicio y pista hasta el final y, entre junio y diciembre de 1958, publicó en la revista Mayoría – la misma que había sacado a la luz su investigación anterior- una serie de 28 notas en las que develó los abusos de poder político de la Libertadora, la corrupción judicial, el rol de los servicios y la colaboración de los grandes medios.
Hasta aquí su trabajo periodístico se centraba en la denuncia al gobierno, con el que incluso reconoció haber simpatizado en sus comienzos. Ambas investigaciones no sólo son reconocidas por la calidad y las contundencia de las evidencias presentadas sino también porque ayudó a desnudar el carácter corrupto y antiobrero del gobierno golpista. Pero en la década siguiente Walsh dará un salto en su conciencia política escribiendo desde una nueva ubicación, la del militante. Ya no frecuentaría las partidas de ajedrez en la ciudad de las diagonales pero usaría algunos de los conocimientos y las prácticas que fue adquiriendo para sus fines periodísticos, y luego políticos: anticiparse a los hechos, detenerse en los detalles, la paciencia ante la búsqueda de información, el método para elaborar un plan de trabajo y el relato sereno.
A mediados de 1959 Walsh se embarcó hacia Cuba para poner en pie Agencia Prensa Latina junto a Jorge Masseti, Gabriel García Márquez y Rogelio García Lupo, con el plan de transformarla en el órgano de propaganda de la revolución. Su interés por traducir mensajes cifrados y la relación cotidiana con los militantes cubanos lo llevó a perfeccionarse en esta técnica dentro de los “Servicios Especiales” de la agencia. Según García Márquez, Walsh había aprendido a descifrar mensajes gracias a manuales de critpología recreativa que había conseguido en una librería en La Habana. De esta manera fue quien decodificó un mensaje de la embajada norteamericana logrando que el gobierno cubano se anticipe al ataque de la CIA y los gusanos entrenados en la invasión a la Bahía de los Cochinos.
Para mediados de la década del 60 Rodolfo Walsh estaba convencido de que de todos sus oficios terrestres, el violento oficio de escribir era el que más le convenía. En 1968 conoce a través de Perón al dirigente gráfico Raimundo Ongaro iniciando un acercamiento político y sindical que llevaría al periodista a escribir el programa de la CGT de los Argentinos, una corriente sindical opositora a la CGT vandorista que si bien tenía un carácter contestatario no rompía con la conciliación de clase que expresaba el peronismo (recordemos que Perón primero apoyo esta escisión para luego desconocerla). Walsh sería el director de su periódico semanal y centraría las denuncias en la lucha contra los grandes monopolios, la dictadura de Onganía y la burocracia vandorista. Según testimonios de quiénes lo frecuentaron por aquellos años siempre tenía en su escritorio los escritos de Lenin sobre la prensa. Más allá de su sincero interés, la lectura que hizo del dirigente ruso fue parcial ya que a pesar de impulsar corresponsalías en cada fábrica y de utilizar un lenguaje de “izquierda” o “revolucionario” (2), la clave para Lenin era que la prensa se convierta en un organizador colectivo de un partido de acción independiente de cualquier variante patronal. La CGT de los Argentinos, en cambio, dialogaba con los empresarios nacionales y los comerciantes para enfrentar juntos al capital monopólico extranjero.

“El que molesta en la UOM molesta en la fábrica…”

A mediados del 68 el semanario comenzó la publicación, en varias entregas, de lo que sería, para esta cronista, el trabajo de investigación más importante de Walsh y que años más tarde compilaría en: ¿Quién mató a Rosendo? (1969). Retomando las “formas” narrativas de Operación Masacre, en esta oportunidad centraba su denuncia en el rol histórico que tiene la burocracia sindical como el mejor garante del orden burgués. A través de sus páginas describió personajes oscuros, trató de resolver los enigmas sobre el asesinato de Rosendo García (mano derecha de Vandor que estaba escalando posiciones en la provincia de Bs. As) llegando a la conclusión de que los disparos provenían de “fuego amigo”, es decir del grupo vandorista, aunque las versiones oficiales hablaron de enfrentamiento entre facciones sindicales (1). La connivencia policial y judicial fue una de las claves para sostener la impunidad de la masacre. En cada entrega el periodista devenido en investigador comprometido describió los métodos antiburocráticos que la dirigencia de la UOM y Cía reproducían en las fábricas para ahogar la democracia interna y la organización desde las bases. En el prólogo afirma “si alguien quiere leer este libro como una simple novela policial es cosa suya”. En realidad no lo es, en ¿Quién mató a Rosendo? demostró cómo construyó su poder la burocracia sindical vandorista que tenía como métodos: “la organización gangsteril; el macartismo (“Son trotskistas”); el oportunismo literal que permite eliminar del propio bando al caudillo en ascenso; la negociación de la impunidad en cada uno de los niveles del régimen; el silencio del grupo sólo quebrado por conflictos de intereses; el aprovechamiento del episodio para aplastar a la fracción sindical adversa; y sobre todo la identidad del grupo atacado, compuesto por auténticos militantes de base”. Esta frase, impactante por su actualidad, demuestra la profundidad del trabajo de Walsh y de sus investigaciones pero también deja en claro que la herencia vandorista sigue presente en muchos dirigentes sindicales peronistas. Cabe recordar cuando a mediados del 2014 el entonces diputado nacional Nicolás del Caño quiso leer este fragmento revelador de este libro para denunciar a la burocracia sindical del SMATA –que había amedrentado a trabajadores despedidos de Gestamp y los acusó de “infiltrados”- pero la bancada kirchnerista lo censuró cortándole el micrófono.
Otro de los blancos a los que apuntó Walsh desde el semanario fueron las fuerzas policiales. En una serie de entregas llamadas “La secta del gatillo alegre” denunció el uso de la picana “que vuelve a ser el método preferido por la policía bonaerense para ‘esclarecer’ delitos o perseguir al movimiento obrero”. Luego del Cordobazo el semanario fue prohibido y pasó a la clandestinidad.
En 1970, Walsh comenzó a tejer lazos con el Peronismo de Base (brazo político de las Fuerzas Armadas Peronistas) donde colaboraría con tareas de Inteligencia y aprendería a interferir las frecuencias de las trasmisiones policiales con una radio, tarea que serviría fundamentalmente para las acciones armadas. Cuando en 1973 se incorporó formalmente a Montoneros tenía el grado de oficial 1ero con el alias de “Esteban”. Desde este nuevo espacio producía y analizaba desde la clandestinidad información destinada al uso interno de la organización y desde 1974 dirigió la sección policial del diario Noticias, órgano ligado a la organización guerrillera. Ese mismo año investigó el funcionamiento y armó un organigrama de la Triple A donde acusaba directamente a militares, policías y sindicalistas, sobre todo de la UOM, y a patotas de integrarla. Estudió sus antecedentes, afirmó que la banda era controlada por inteligencia norteamericana y por López Rega, se interesó en los operativos orquestados por el Plan Cóndor a partir del 75 y los denunció también. Sin embargo Perón, el creador de la Triple A, aparecía casi de soslayo en su investigación periodística.
Walsh anticipó la llegada del golpe de Estado cuando escuchó las noticias a través de las radios europeas que lograba interceptar con regularidad. Desde ese momento se agudizaron sus diferencias con la dirección montonera pero no por divergencias estratégicas. Walsh no criticaba ni a la guerrilla ni la política de colaboración de clases sino que proponía como intervención concreta pos dictadura replegarse en el peronismo. Desde fines del 75 se recluyó en su casa de Tigre organizando la Agencia de Noticias Clandestinas (ANCLA) como medio de información contrahegemónica y, tiempo después, creó Cadena Informativa; ambos fueron dirigidos por él hasta su asesinato en manos de un grupo de tareas en el 77. Un día antes de su muerte, cuando se cumplía un año del golpe, denunció en su famosa carta todos los atropellos y crímenes que había padecido la clase obrera y señaló a sus enemigos.
Recordando una entrevista que dio a comienzos de los 70, había dicho que la máquina de escribir, según como se manejaba, podía ser un abanico o un arma. El compromiso periodístico y militante de Walsh demostró que se inclinó convencido por esta segunda opción.

Claudia Ferri

1.En la balacera ocurrida el 13 de mayo de 1966 en la pizzería Real de Avellaneda también murieron asesinados Domingo Blajaquis y Juan Salazar, ambos militantes de la resistencia que se encontraban reunidos en el mismo lugar.
2.Ver Pablo Pozzi y Alejandro Schneider, Los Setentistas, ed. Eudeba, 2000.

viernes, 24 de marzo de 2017

Julio Antonio Mella y Tina Modotti




#LaPupilaTv está dedicada a Julio Antonio Mella y Tina Modotti.

Conversando con Ignacio Ramonet


jueves, 23 de marzo de 2017

Hypermedia: la guerra cultural de la CIA contra Cuba con nueva sede en M...


Pie seco/pie mojado: cambiar la mentalidad

Apenas 72 horas antes de finalizar sus ocho años de mandato, el expresidente Barack Obama decidió eliminar la política de pie seco/pie mojado y firmó un acuerdo migratorio con el gobierno cubano en este sentido.
Adoptada en 1999 durante el gobierno de Bill Clinton, esta política establecía el contrasentido de autorizar la permanencia de los migrantes indocumentados cubanos en Estados Unidos, si estos lograban acceder físicamente al territorio de ese país, aunque eran devueltos a Cuba si resultaban capturados en el mar.
En realidad no era nada nuevo, quizás una versión más limitada de la práctica establecida desde 1959, que Estados Unidos se había comprometido a modificar a partir de la firma de los acuerdos migratorios de 1994.
Gracias a la política de pie seco/pie mojado, se calcula que en la última década ingresaron alrededor de 135 000 migrantes indocumentados cubanos a Estados Unidos. Unos 110 000 a través de las fronteras con México y Canadá (básicamente la primera), otros 15 000 mediante embarcaciones que lograron arribar al territorio norteamericano y la cifra se completa con unos 10 000 que llegaron con visa de migrante temporal y optaron por permanecer en el país.
Según datos del Departamento de Aduanas y Protección de las Fronteras de Estados Unidos, desde el 14 de enero de este año, cuando se anunció el nuevo acuerdo, se negó la entrada a Estados Unidos a 426 cubanos y otros 172 fueron detenidos en la frontera, de los cuales 2 han sido devueltos a Cuba. Solo se han producido 8 intercepciones en el mar.
Resulta evidente que el nuevo gobierno norteamericano está cumpliendo lo establecido en los acuerdos firmados con su antecesor y que existe algún tipo de coordinación bilateral para poner en marcha los procedimientos que esto implica.
Aunque es muy pronto para llegar a conclusiones, un efecto inmediato ha sido la reducción significativa de este flujo de migrantes, con implicaciones muy positivas en lo que se refiere al enfrentamiento al tráfico ilegal de personas y otros delitos conexos.
Cientos de migrantes cubanos quedaron varados en diversos países de América Latina a partir del momento en que se les negó el ingreso automático en Estados Unidos. Algunos han sido devueltos a Cuba y otros esperan que se defina su estatus en esos países. Para regularizar estos procesos, Cuba ha firmado acuerdos migratorios con México, Bahamas, Islas Caimán, República Dominicana, Ecuador y Jamaica, Panamá, así como mantiene negociaciones con otros países de América Latina.
Esto no quiere decir que se elimina totalmente la posibilidad de que, a falta de una visa norteamericana, migrantes cubanos tratarán de asentarse de todas formas en ese país, como ocurre con personas de todo el mundo. La figura del “inmigrante ilegal”, prácticamente desconocida para los cubanos hasta el momento, y su posible deportación al país, ya constituye una realidad con la que tiene que lidiar la política migratoria cubana, con inevitables impactos sociales domésticos.
En el volumen que tendrá este fenómeno influirá la situación interna de Cuba, así como el tratamiento que Estados Unidos otorgue a estas personas. Aún no está clara la actitud que asumirán los tribunales norteamericanos respecto a los cubanos que soliciten asilo una vez en territorio norteamericano, ni si los cubanos que arriben a ese país con visas transitorias y decidan permanecer después del vencimiento de las mismas, podrán acogerse a la Ley de Ajuste Cubano cuando cumplan el año establecido, aunque esto incluya algunos meses de estancia ilegal.
De todas formas, la eliminación de la política de pie seco/pie mojado constituye un paso relevante, quizás decisivo, en la normalización de las relaciones migratorias de Cuba con Estados Unidos, con un impacto en toda la región y seguramente en el resto del mundo. Lo que influye a favor de las relaciones internacionales del país.
Para algunos, ello constituye el cierre de una válvula de escape a las tensiones económicas que vive la sociedad cubana y auguran que esto se traducirá en conflictos políticos internos. No obstante, la posibilidad de emigrar no queda eliminada con esta medida, sino que asegura que esto se realice de una manera legal, ordenada y segura, lo que contribuye al orden del país y facilita el tratamiento a los migrantes.
Estamos en presencia de un nuevo escenario para el fenómeno migratorio cubano, la principal lección es que no sirven las viejas premisas para comprenderlo, ni las viejas medidas para enfrentarlo. De nuevo, el asunto se resume en “cambiar la mentalidad”. Ese es el principal desafío de la sociedad cubana actual.

Jesús Arboleya
Progreso semanal

Los “disidentes” frustrados

Triste papel el de aquellos que le vendieron su alma al diablo y al final se han quedado sin barco ni espigón donde amarrarlo.
Así le sucede a Antonio González-Rodiles, quien pasó de un fugaz estrellato a un olvidado acompañante de las “Damas” de Blanco, presididas por la inculta y corrupta Berta Soler.
González-Rodiles quien recibió buena educación en su seno familiar y posteriormente en escuelas cubanas, fue a residir a México con su esposa mexicana rodeado de un ambiente de clase media, pero su ambición por el dinero lo hizo caer en manos de oficiales de los servicios de inteligencia estadounidenses, quienes le vendieron un proyecto subversivo que no pudo llevar a cabo.
Creyéndose que lograría ser un líder de la “opinión” interna, regresó a La Habana dejando atrás a hijos y esposa mexicanos, para iniciar el frustrado proyecto Estado de Sats, el cual no tuvo la menor incidencia en la sociedad cubana, por lo que terminó caminando los domingos por una avenida de la capital cubana, rodeado de mujeres de baja catadura moral que dicen ser “opositoras”, a cambio de cobrar 25 pesos cubanos enviados desde Estados Unidos.
En el actual panorama político de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, González Rodiles confesó a la prensa de Miami “sentirse frustrado ante la supuesta indolencia de la administración del presidente Barack Obama, y el total desconocimiento que ha hecho la actual, encabezada por el presidente Donald Trump”.
Tanto Rodiles como los demás servidores de los yanquis, entre ellos los integrantes de la mafia terrorista anticubana de Miami, pretenden presionar al Presidente Trump a cambiar la dirección política hacia la Habana, para lo cual llevan meses desarrollando una cruzada mediática sobre el inventado “aumento de la represión” en la Isla, algo que no comprueban los cientos de miles de norteamericanos que la visitan.
Lo primero que descalifica esa ficticia represión, es la constante presencia de los principales contrarrevolucionarios en los Estados Unidos, disfrutando gracias al dinero de los contribuyentes norteamericanos, los que sin saberlo pagan con sus impuestos viajes, hoteles, alimentación y salarios de los “disidentes” cubanos.
Tanto González-Rodiles como José Daniel Ferrer, Berta Soler, Guillermo Fariñas y otros más, son presentados ante los medios de prensa norteamericanos vistiendo costosos trajes comprados con el presupuesto que asigna anualmente la Casa Blanca, pues en Cuba no los usan.
A pesar de pasearlos por Miami, otras ciudades estadounidenses, e incluso en Europa para participar en Foros internacionales con el fin de desprestigiar la obra de la Revolución cubana, no han logrado que la actual administración se pronuncie contra Cuba.
En primer lugar, porque no es prioridad en la actual política de los Estados Unidos; segundo, los integrantes de la mafia anticubana en el Congreso no apoyaron la elección de Trump y tercero, porque los problemas que confronta el nuevo Presidente son tantos que no puede darse el lujo de perder tiempo en esos “disidentes” que dan más pérdida que beneficios.
En un desesperado intento por llamar la atención, el Nuevo Herald publica entrevistas de esos “disidentes” a su paso por Miami, en las que sin el menor sonrojo Rodiles se califica como “actores legítimos del escenario cubano”, algo que las agencias de inteligencias estadounidenses y el Departamento de Estados saben que es totalmente falso.
Para comprobar el motivo por el cual no son tomados en serio por los funcionarios de Estados Unidos en su política hacia Cuba, basta leer los informes enviados por sus diplomáticos designados en La Habana, divulgados en el sitio WikiLeaks, donde afirman:
[…] Pese a sus afirmaciones de que representan a “miles de cubanos”, nosotros vemos muy pocas evidencias de ese apoyo…no vemos plataformas diseñadas para llegar a amplios sectores de la sociedad cubana, más bien dirigen sus mayores esfuerzos a obtener recursos suficientes para solventar las necesidades del día a día de los principales organizadores y sus seguidores…”
Informaciones comprobadas por la misión diplomática yanqui en La Habana descalifican a esa llamada “oposición” como actores legítimos del pueblo cubano, en casi 60 años no han obtenido un solo resultado de unidad, y menos aún lograron una disidencia entre la juventud cubana; han envejecido viviendo una dulce vida con los cientos de miles de dólares enviados desde Miami y a partir del 2012 disfrutan de la posibilidad de viajar por el mundo con los gastos pagados.
Si algo tiene la actual Administración de Estados Unidos es conocimientos suficientes en finanzas y costos; por tanto, nadie dude que uno de los próximos recortes sea precisamente parte de los 20 millones anuales que asignaba Obama para el trabajo subversivo contra Cuba, si obtener resultados.
Rodiles declaró al Nuevo Herald: “hemos sido marginados e invisibilizados por las delegaciones de funcionarios estadounidenses y diplomáticos europeos, por no aplaudir la normalización”.
Esa posición de los altos funcionarios de Estados Unidos es la mejor prueba de que ellos no representan nada en la sociedad cubana y que sus contactos tienen que ser con altos funcionarios de Cuba, tal y como propuso Jonathan Farrar cuando estuvo al frente de la misión diplomática de Washington en La Habana, al asegurar:
[…] “es preciso que busquemos en otra parte, incluso dentro del propio gobierno, para identificar a los más probables sucesores del régimen de Castro…”
Otra prueba de que la “disidencia” no tiene ni presente ni futuro, es su ausencia de unidad, reafirmado por Gonzales-Rodiles ante a la prensa de Miami al criticar las estrategias de otros “opositores”, entre ellos a la “refugiada política” Rosa María Payá Acevedo, al calificar de fantasía su campaña por un plebiscito en Cuba, y al proyecto “Otro 18”, por intentar postular candidatos opositores en las próximas elecciones del Poder Popular en Cuba.
Rodiles asegura que ahora son marginados e invisibilizados y la respuesta a ese trato de Senadores y Representantes, la dio José Martí cuando afirmó: “Se respeta lo que se ve unido y lo que no se ve unido no se le respeta”.

Arthur González
Martianos

miércoles, 22 de marzo de 2017

Periodismo y blogosfera en Cuba

Renovando los espacios de participación, aceptación y responsabilidad ciudadana

La gradual inserción de Cuba en un nuevo marco de relaciones económicas ha dado pie a la emergencia, en todas las zonas del espectro social, de sujetos cada vez con mayor capacidad de autogestión, con todos los riesgos y complejidades que esto trae aparejado. Parte de los retos que acompañan a estas nuevas subjetividades, es la posibilidad de expandir y repensar sus competencias discursivo-informativas dentro de horizontes comunicacionales asociados a una visión menos centralizada de la información.
Se trata, en realidad, de un fenómeno que rebasa el espectro de “lo cubano”: hablamos de la irrupción, a gran escala, de nuevos agentes de la información, quienes circunvalan las limitaciones de un periodismo secuestrado por agendas de variada índole. Gracias a los discursos digitales que ensayan, el mensaje es menos unívoco. En su función de explorar otros enfoques y de develar contenidos obviados, deliberadamente o no, por los medios conectados al mainstream, blogueros y comunicadores digitales negocian espacios para que esto ocurra. Y aunque la capacidad, seriedad y profesionalismo con que comunican puede, en efecto, ser variable, no significa que por ello su función sea menos legítima.
Cuba no está exenta de estas dinámicas. Con similares objetivos, emergen hoy en la Isla, ocupando lugares de enunciación estatales y no estatales, sujetos que se sienten con derecho y capacidad de ser parte del nuevo hacer informacional.
Se trata de un movimiento que no solo implica a los llamados actores “alternativos”. Parte de esto es lo que viene ocurriendo con la prensa en las provincias, que ha estado promoviendo, ya sea en espacios digitales o impresos, un periodismo no tan enfocado en la promoción de agendas, sino volcado en sus funciones informativas, investigativas y críticas. Reportajes sobre temas acuciantes de la realidad nacional, como el recientemente publicado por el periódico villaclareño Vanguardia sobre los derechos laborales en el contexto del cuentapropismo, o por Escambray, sobre temas incómodos como el de los balseros, dan muestra de ello. Igualmente, debe reconocerse el esfuerzo de zonas de la prensa nacional por abarcar, con similar amplitud, temas que antes eran de interés menor.
La institución del periodismo no está ajena a la necesidad de una revitalización. Voces receptivas y sensibles, desde la institucionalidad, claman por ello. Cada vez con más diligencia y lucidez, abogan por la adopción de nuevos tonos, de mayor acceso a las fuentes e incluso, por una Ley de Prensa. Fue en este tenor que se concibieron las Propuestas del II Encuentro de Jóvenes Periodistas celebrado a principios de febrero del presente año en la capital.
Contenidos de similar complejidad y alcance fueron abordados en el encuentro “Hacia una Ley de Comunicación en Cuba”, convocado por el Foro de Estudios Críticos y la revista La letra corta, realizado en la Universidad de La Habana el pasado 14 de marzo.
Las propuestas sintetizadas a raíz de la discusión incluyen: “la institución de mecanismos que potencien y garanticen la protección de todos los sujetos, tanto emisores como receptores públicos y privados”, y de otros que aseguren “la pluralidad y la diversidad, los cuales puedan ser accionados por el Estado y la población alternativamente, evitando ante todo la concentración y monopolización de los medios de comunicación.” Abogan también las propuestas por “crear una instancia administrativa descentralizada, en la gestión del servicio público de difusión y comunicación.” Al respecto, una estudiante de periodismo comentó: “¿Por qué no pueden existir medios que no tengan que subordinarse al Partido? Si la prensa es el cuarto poder, ¿cuál es el poder real que tiene? Espero que si un día se aprueba la Ley de Prensa, los medios tengan realmente el poder que deberían.”
La necesidad de repensar los conceptos de lo estatal, lo no estatal, y lo público en el contexto de los nuevos medios digitales cubanos y de un posible marco de legalidad, otro de los temas abordados en el Foro, ha sido centro de interés recurrente, sobre todo en el marco de las celebraciones del Día de la Prensa en Cuba. Comenta al respecto Raúl Garcés, Decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana:
“El periodismo está en una encrucijada, la de ganar credibilidad entre sus públicos, la de hacer un periodismo que se parezca a la gente, y que los medios de comunicación tradicionales tengan un papel complementario a los medios sociales, los blogs, los ciudadanos. Si no entendemos que hay un desplazamiento de ese modelo mediocéntrico de los años 80, donde todo dependía del noticiero de televisión, o de un periódico, o de una radio, una prensa estatal, —lo que no quiere decir que renunciemos al concepto de prensa estatal y pública que forma parte del diseño de nuestra sociedad—; lo que quiero decir es que hay que incorporar a nuevos actores en el ejercicio de la comunicación.”
Concuerda con esta perspectiva Francisco Rodríguez Cruz, del periódico Trabajadores, quien incluye la siguiente reflexión en su blog personal:
“El escenario para el desarrollo de la prensa cubana en los próximos años implica que tendremos que aprender a lidiar en el ámbito de la comunicación pública con nuevos actores, mejores o no tan buenos en sus estándares profesionales y éticos, con intenciones más o menos concordantes con los valores socialistas que queremos hacer predominar, y debemos hacerlo a partir de la calidad, oportunidad y diversidad de nuestras propuestas.”
Este dossier, en seguimiento a otro publicado por Cuba Posible en noviembre de 2016 (Para un debate sobre la prensa en Cuba: “La esencia de la prensa libre es la esencia de la libertad, firme de carácter, racional y moral”), continúa explorando estos temas en resonancia con todas las voces que hoy buscan aportar constructivamente al debate sobre un mejor periodismo y, en general, mejores dinámicas informacionales en la Isla.
Los textos que irán apareciendo consecutivamente –una encuesta en la que participan el reconocido periodista Joaquín Borges-Triana, recientemente galardonado con el premio de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro, así como Amílcar Pérez Riverol y Enzo Basile, ambos colaboradores de espacios digitales, más una entrevista al periodista uruguayo radicado en Cuba, Fernando Ravsberg- pretenden abordar estos temas con la visión integradora que los mismos ameritan. El presente dossier tendrá continuidad en el futuro.
En el contexto de las recientes celebraciones del día la Prensa en Cuba, Antonio Moltó Martorell, Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) expresó: “Tenemos por delante la urgente tarea de cambiar el modelo de prensa para responder a reclamos históricos de los profesionales y de la sociedad y, a la vez, dar respuesta a los profundos cambios culturales y tecnológicos que vive hoy la comunicación en la era de Internet y las plataformas sociales”.
Considérense pues, las reflexiones que siguen, como nuestro pequeño aporte a tan loable proyecto.

María Isabel Alfonso
Cuba Posible

lunes, 20 de marzo de 2017

El percutor de una época: Pensamiento Crítico




Ponencia presentada en el Coloquio a propósito de los cincuenta años de la revista Pensamiento Crítico.

Era febrero de 1963 y quedaba constituido el Departamento Central de Filosofía de la Universidad de La Habana. La fosilizada Cátedra de antes de 1959, de tan vetusta disciplina de la academia, no volvió más. El grupo de muchachos jóvenes que enseñaría filosofía marxista a las diferentes carreras universitarias iría no solo a un nuevo espacio en la calle K, sino constituiría un nuevo modo de investigar, leer y enseñar. Con ellos llegaba el color del uniforme vede olivo, el olor de la cuartilla alfabetizadora y de la carabina de la Sierra, de Girón, de los milicianos que desde el compromiso práctico pretendían llegar a la teoría y poner otros sentidos a los libros y a los modos de educar. El manual se hizo indócil, el dogma impugnado y se comenzó a abogar por modos in-disciplinados (diríamos hoy) de filosofar. La revolución con sus cuatro años de vida ya había conocido en su interior embestidas sectarias.
Se imprimieron textos urgentes para las clases. Llegaron ideas de otras latitudes amparadas por actos revolucionarios en África y en el continente americano. Los talleres de la antigua rotativa Omega, donde se imprimían las revistas norteamericanas Selecciones y Life en español, vieron salir con el sello “Ediciones Venceremos”, El Capital de Karl Marx (en tres tomos), los primeros textos de Althusser que se dieron a conocer en Cuba, Los condenados de la Tierra de Frantz Fanon, entre muchos otros títulos. En la decisión de estos nuevos planes editoriales participaban, entre otros, Fidel, Raúl, el Che, Osvaldo Dorticós, Blas Roca y Emilio Aragonés [1].
Fidel comenzó a visitar a los jóvenes profesores de filosofía, retándoles –y tal vez buscando en el pensamiento disruptor–, otros modos de avalar las ideas de una revolución más alta que las palmas. Las disconformidades surgidas con la URSS desde la Crisis de Octubre, sostenidas en estos años con la regeneración de la tendencia sectarita en el partido con la micro fracción, liderada por Aníbal Escalante, la creación del Comité Central de Partido Comunista de Cuba, fueron entre muchas otras razones, estímulo para pensar y volverse a otros referentes de la teoría. Era “la hora de los hornos”, como citara el Che a Martí y no debía verse “más que la luz”. El 7 de diciembre de 1965 se creó Ediciones Revolucionarias y en 1966 el Instituto Cubano del Libro. En 1966, a partir de los profesores de filosofía nació también El Caimán Barbudo y en 1967 salió de imprenta el primer número de la revista cuyos 50 años conmemoramos hoy.
Como dijera José Martí, si “de pensamiento es la guerra mayor que se nos hace, ganémosla a pensamiento”; y a ello venían los jóvenes creadores del nuevo proyecto editorial de constituir una revista bajo un rótulo tan sugestivo en aquel entonces, como gastado hoy. No era solo carencia de textos en la universidad y Fidel Castro lo sabía. El pensamiento vivo que se correspondiera con nuestro estar-siendo, el texto fustigante, que como escalpelo segaba las verdades instaladas como evangelio eran auxilio y urgencia premonitoria. La descolonización africana, el así denominado Tercer Mundo, la Revolución con mayúscula, el antimperialismo, la lucha armada, la guerra de guerrillas, el anti-occidentalismo partícipe, la desmentida del racismo, el nuevo lugar de Cuba para todo el Sur, hacían notar que el sujeto del cambio ya no estaba en el Norte, como reconociera Jean Paul Sartre en 1961 en el prefacio a Los condenados de la tierra de Frantz Fanon.
Por aquellos años se desarrolló en La Habana la Primera Reunión Tricontinental de Solidaridad Revolucionaria, entre el 3 y el 15 de enero de 1966. Se escucharon voces diversas y, entre ellas, las de Salvador Allende de Chile, Amílcar Cabral de Cabo Verde, Luis Augusto Turcios Lima de Guatemala, de Rodney Arismendi de Uruguay. El encuentro dejaba claro que “el principal reducto de la opresión colonial y de la reacción internacional es el imperialismo yanqui, enemigo implacable de los pueblos del mundo” y por tanto, enfrentaba críticamente “todas las formas de dominación imperialista, colonial y neocolonial, acaudilladas por el imperialismo yanqui”. Entre sus reclamos se afirmaba la necesidad de expulsar de la vida cultural de sus países las manifestaciones del espíritu imperialista, se reclamaba solidaridad y radicalidad en la lucha de amancipación del Sur. Un año después, en agosto de 1967, se realizó el encuentro de la Asociación Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) que colocaba el debate en la lucha armada y la guerra de guerrillas, sobre todo.
En estos dos encuentros los jóvenes profesores de filosofía, redactores de la revista creada, ocuparon un espacio participativo. Con ellos, la atención se ponía en la riqueza teórica de las nuevas prácticas. Las coordenadas quedaban en Cuba y en el Tercer Mundo. Esta fue coyuntura favorable para compartir y discutir con representantes de los movimientos revolucionarios y reconocer la necesidad de aprehender teóricamente una praxis revolucionaria.
Mientras ello sucedía, la batalla de pensamiento se apresuraba a desplegarse contra el auge rebelde en Nuestra América y también frente al boom en la literatura. Para la CIA y Occidente, con los EUA por medio, la guerra cultural estaba clara. El ya gastado proyecto de la revista Cuadernos, del Congreso por la Libertad de la Cultura creado en 1950, abría una nueva empresa: la revista Mundo Nuevo con la participación de escritores y poetas latinoamericanos. Este, en apariencias un noble propósito contaba detrás con fondos de Langley, manejados por la Fundación Ford, dato revelado por el New York Times en su tiempo. El nuevo proyecto se hacía antagonista de otra revista que ganaba prestigio en cada salida: Casa de las Américas. (La revista Mundo Nuevo de Emir Rodríguez Monegal, por curiosa e inconexa coincidencia vivió los mismos tiempos que la revista habanera Pensamiento Crítico).
1968 fue un año sobrecargado, para el mundo y para Pensamiento Crítico. Si el tiempo no lo contáramos por meses y días, se nos antojaría empezar el nuevo lapso con la muerte del Che en Bolivia en octubre de 1967; más que una fecha fue un suceso que marcó un tiempo. Los primeros días de enero vieron reunirse el Congreso Cultural de La Habana y una vez más se debatió sobre el papel del intelectual revolucionario y el lugar de la cultura en los procesos revolucionarios y de liberación nacional. Aquí se reivindicó la lucha armada, la defensa de Cuba, de Vietnam y se aclamó la figura y el ejemplo del Che Guevara, asesinado en las selvas de Ñancahuazú.
En el número del 12 de Pensamiento Crítico de enero de 1968 en sus primeras páginas sus redactores advertían del peligro del imperialismo norteamericano en la guerra de recolonización cultural y decían “llamamos a los escritores y hombres de ciencia, a los artistas, a los profesionales de la enseñanza, y a los estudiantes, a emprender y a intensificar la lucha contra el imperialismo, a tomar la parte que les corresponde en el combate por la liberación de los pueblos.” A continuación se reproducía el discurso de Fidel en la clausura del Congreso el 2 de enero, donde refirió la trascendencia del encuentro, habló de Viet Nam, de Regis Debray, del Che Guevara y de la muerte del sacerdote guerrillero Camilo Torres Restrepo. Allí Fidel afirmaba: “…No puede haber nada más antimarxista que el dogma, no puede haber nada más antimarxista que la petrificación de las ideas. Y hay ideas que incluso se esgrimen en nombre del marxismo que parecen verdaderos fósiles”. Y con seguridad reconocía que el marxismo “necesita desarrollarse, salir de cierto anquilosamiento, interpretar con sentido objetivo y científico las realidades de hoy, comportarse como una fuerza revolucionaria y no como una iglesia seudorrevolucionaria.” Fidel se preguntaba por las paradojas de la historia. Si con Camilo Torres veíamos a sectores del clero devenir en fuerzas revolucionarias “¿vamos a resignarnos a ver sectores del marxismo deviniendo en fuerzas eclesiásticas?” Y al mismo tiempo admitía “Esperamos, desde luego, que por afirmar estas cosas no se nos aplique el procedimiento de la “Excomunión” (RISAS) y, desde luego, tampoco el de la “Santa Inquisición”; pero ciertamente debemos meditar, debemos actuar con un sentido más dialéctico, es decir, con un sentido más revolucionario”.
Pero 1968 fue también el año de publicación de El hombre unidimensional, Eros y civilización, de Herbert Marcuse, de Piel negra, máscaras blancas, el primer libro de Fanon, escrito en 1952; el diario del Che, entre tanta otra novedad de importancia filosófica. Fue el año del Mayo francés y del asesinato de los jóvenes en la plaza de Tlatelolco en México, de conmociones que llegaron hasta la pequeña isla caribeña de Guadalupe, y la entrada para siempre en la iconografía revolucionaria de la foto del Che (de Korda) presidiendo las manifestaciones populares. Fue tiempo de auge en el movimiento feminista, de luchas por los derechos civiles en los Estados Unidos; y se cerraría el año con la entrada –en la noche del 20 al 21 de agosto de 1968– de las tropas del Pacto de Varsovia, con la URSS al frente, en toda Checoslovaquia.
1969 fue año de esfuerzos decisivos, de crisis económica, de preparación de una gran contienda: la zafra del setenta. También de esperanzas electorales en Chile con el gobierno de la Unidad Popular que se eclipsara con el golpe de Pinochet y la puesta en marcha del Plan Cóndor. El comunismo y la influencia de Cuba debían quedar extirpados del hemisferio. Tanto Duvalier en Haití como Pinochet en Chile culpaban al marxismo por la represión que llamaban “necesaria”.
1970 se hace arduo. Se avecina un giro. Una nueva década. Razones de estado, realidad económica, guerra fría, coexistencia pacífica por medio, y la mano de la Unión Soviética como garantía de supervivencia para la joven Revolución.
Contradictorio se hizo nuestro acontecer y por ello la actual necesidad de volver al legado, desde la capacidad de hacer vivir esa memoria que nos conforma y que nos conmina a buscar nuestras propias maneras de entendernos y decirnos, pero con la urgencia de desalambrar el pensamiento de dogmas y absolutos.
Nuevamente las circunstancias volvieron a cercar los propósitos y lo consagrado se desvaneció. Cuando en los finales de los 80 volvíamos a preguntarnos por la necesidad de un pensamiento propio que acompañara nuestras maneras de buscar la solución a nuestras contradicciones, el socialismo este-europeo se defenestraba y nosotros nos agarrábamos al marco de la ventana para no ceder al abismo desde donde, por supuesto, siempre asechaban los enemigos invariables de la Revolución invicta del 59. Volvían a aparecer publicaciones que de alguna manera retomaron lo hecho, no para imitar, pero si la inconfesa necesidad de dar continuidad a un acumulado cultural de ejercicio intelectual, no baldío, infértil y vanidoso, sino guerrillero, herético e insomne.
Y en estas andamos. Por eso ellos y ellas que de una manera u otra formaron parte de un elenco virtuoso de la contienda por un pensar cubano, crítico, revolucionario siguen inspirando, aun cuando ellos y ellas todos y todas altercaron, pero lo hicieron por el significado dado al oficio de pensar.
Si ponemos en coordenadas todos esos acontecimientos en la línea del tiempo se revelan muchas circunstancias. Si tomamos este concepto en el más estricto sentido orteguiano: el hombre es él y su circunstancia, la revista fue ella y sus circunstancias.
Reescribiendo a Virgilio Piñera no es el agua por todas partes, sino la maldita circunstancia de la ortodoxia dogmática y vulgar del marxismo por todas partes, en el sentido que se unen la virtud y el vicio, es decir las realidades por las que pasaba la joven revolución, la sociedad cubana en un proyecto que trataba de saltar las barreras de una lógica cultural, de un modo de ser sociedad, seres humanos, comunidad humana, una forma de encontrarse en su identidad.
Es esa fuerza del principio de realidad ¿cómo íbamos a seguir haciendo viable, factible, posible la felicidad soñada y de alguna manera ya comenzada a vivir por los cubanos y las cubanas si se habían agotado todos los recursos, éramos plaza sitiada condenada a la hambruna, la escasez, la violencia y el odio del enemigo más feroz el imperialismo norteamericano?. Solo una alianza posible podía ayudarnos a seguir manteniendo la dignidad sin un costo mayor que el de recortar la autonomía de un ejercicio teórico de pensamiento a un dogma, marcado y pautado por una geopolítica, interna y externa, del socialismo realmente existente en la década del 60 del siglo pasado.
Como diría alguna vez Aurelio Alonso, el compromiso intelectual es precisamente mantener su compromiso cuando siente que este es rechazado. Por eso para él su generación es de la lealtad y de esos jóvenes con su entusiasmo en la época que les correspondió vivirlo, hoy siguen teniéndolo. Hace unos días Fernando le hablaba a los y las participantes del 12 taller internacional sobre paradigmas emancipatorios; Aurelio presentaba libros y revistas con esa gracia y sabiduría que lo caracteriza, Bell Lara empuja un proyecto de publicación de textos y documentos del proceso revolucionario para que quede en la memoria recopilado, ubicado y salvado todo lo dicho por ellos.
El acontecer de todo ese proceso de la revista Pensamiento Crítico y el Departamento de Filosofía tiene que ver en alguna manera con la conformación de un régimen de verdad, y la disputa por él. Un régimen de verdad es lo que clasifica, decide lo que debe ser o no el campo de una disciplina, dentro de una ciencia, sus postulados, es un proceso de construcción de poder desde el saber. Hoy todas esas clasificaciones de antimarxista, anti leninista y antisoviético no serían acusaciones dirigidas a demarcar una violación de límites inadmisibles, sino solo pasarían al debate histórico social del devenir del pensamiento marxista, hoy no causan nada más que curiosidad intelectual e histórica porque el mundo soviético desapareció en un desmerengazo. Pero en aquella época si era de hecho una acusación política con fuertes implicaciones, y acarreaba por ello sanciones, es decir marcaba los límites posibles a esas discrepancias, y así fue. Por tanto algunas verdades perdieron su historicidad y se volvieron absolutas: el marxismo es uno solo, hay una unicidad lineal entre los clásicos, no es posible separar a Lenin del resto, la dialéctica es el método único de la ciencia, el marxismo es determinismo materialista, la conciencia es reflejo de la realidad, existen leyes objetivas inviolables, el marxismo es una ciencia irrebatible como tal.
En realidad se enfrentaron dos maneras de vivir y entender el fenómeno de la ideología en un proceso revolucionario, de la función ideológica que tiene el conocimiento social, la función eminentemente ideológica que tiene la filosofía, el sentido ideológico y el énfasis puesto en la cientificidad de determinados contenidos teóricos. La lógica en la discusión se estableció entre una manera de ubicar esa función en su historicidad concreta, clasista y otra en la historicidad abstracta a posteriori del propio acontecer histórico del pensamiento, entre una búsqueda analítica para pensar el presente y el futuro, y una manera de santificar un pasado para encerrar un presente o justificar solo un presente inamovible y automático, no dañable. El marxismo se sellaba en esta contienda con la función de demostrar su verdad a posteriori con respecto al pasado, con las implicaciones ya conocidas de esta consideración en el mundo soviético. El marxismo era entonces un conjunto de tesis que se consideraban como una verdad objetiva independientemente a la misma práctica y de esa forma se estableció como régimen de verdad en manos de quienes la esgrimieron. Esto terminaba con la necesidad de diálogo y debate en torno a los sentidos históricos dados al marxismo y sus consecuencias ideológicas, hasta desde la misma experiencia de la revolución cubana en curso.
Se enfrentaron dos maneras de asumir el debate: una por la crítica argumentativa, explicativa y reflexiva de los contenidos y otra por la forma reiterativa y tendenciosa de selección de citas.
Los debates antes de la decisión de cerrar la publicación (no por voluntad de sus creadores) fueron largos, extensos en argumentos, horas y angustia para los involucrados, no llegando siempre a decisiones finales. Estos pudieron posiblemente haber pasado a la historia no por severos cierres de puertas a la diversidad de pensamiento creativo marxista cubano, sino por acopios colectores de esa diversidad; pero los tiempos, las circunstancias todas, malditas o no, apremiaban y cercaban el sueño dignificante de miles de cubanos y cubanas. La Revolución cubana de 1959, esa que nos devolvía la virtud y la patria, era más que un proyecto inscrito en un manual de economía política.
Somos deudores de esos tiempos como de otros, y los artículos de Pensamiento crítico son patrimonio intelectual. Se hace necesario indagar no solo las intríngulis de una pesquisa de crónica social de acontecimientos, sino estudiar las obras que se escribieron por aquellos, leer y estudiar los contenidos de los números de la revista, sus paralelos con lo que acontecía en el ámbito nacional e internacional, ver y señalar sus límites, porque ahí es donde está la genialidad de una obra, ya sea personal o colectiva.
Es entonces necesario reconocer esos límites que los propios actores de la contienda tenían, más allá de lo que estos pudieran desear hacer en términos de actores políticos. Lo que se ha llamado herejía del pensamiento marxista cubano siguió presente de alguna manera, porque seguimos ejerciendo un pensamiento revolucionario solidario y cómplice con los procesos revolucionarios en la región y para todo el movimiento anticolonialista y anticapitalista. Seguimos formando a muchos actores y líderes de los procesos insurgentes, de los partidos comunistas y de los movimientos revolucionarios y de liberación principalmente de América Latina, en las escuelas políticas, cursos y asesorías.
Aun así, sin dudas significó una mutilación a florestas comenzadas a surgir y formarse de un marxismo con letra y vida propia. Este enfrentó sus propias encrucijadas y contradicciones, y se leyó en servicio a una práctica revolucionaria desafiante en lo interno y lo externo, llevada a cabo en la cotidianidad por masas populares cada vez más dispuestas a arrebatar el hegemonismo cultural de un sistema voraz de la espiritualidad y la cultura; el capitalismo circundante a la isla de Cuba por todas partes.
La gestión de PC fue una manera de continuar la revolución pero desde un desafío epistémico, como un proceso cultural, acumulativo y necesario. Reinvertir los cánones en los que se pensaba, y desarrollaba el marxismo en esos años era una revolución en la episteme del pensamiento revolucionario, para hacer valer el instrumento crítico de la teoría revolucionaria en el contexto cubano. No se buscaba construir un particular marxismo cubano, sino hacer percutir una vocación participativa en el campo popular donde los cambios se gestaban diariamente en la vida de los cubanos y las cubanas.
Pensamiento crítico tuvo entre sus muchos contextos el propio campo del saber sociopolítico y cultural al que se enfrentaba para ofrecer alternativas y significados específicos emergentes de las luchas, rebeliones del campo popular, insurgente, de la región latinoamericana y caribeña. Ahí están las luchas revolucionarias de América Latina, África, Asia, el Caribe esencialmente. La revista en su hacer no recurrió al contexto para justificarse como publicación sino se contextualizó para brindar los instrumentos analíticos, la rebelión epistémica ya produciéndose en la región.
En América Latina y el Caribe hoy se va tejiendo una plataforma y sentido compartido sobre desafíos y puntos de partida necesarios al movimiento social popular y a sus objetivos del cambio revolucionario emancipatorio. Muchos esfuerzos diversos con alto costo de organización, resistencias a la criminalización de la lucha popular y urgencias en las correlaciones de fuerzas se realizan para poder crear desde diversas propuestas una formación política capaz de impulsar el percutor de los cambios deseados y de las revoluciones.

Epílogo

Fernando en el recién 12 taller de Paradigmas emancipatorios refiriéndose al legado de Fidel, entre otras enseñanzas de la vida del líder cubano señalaba el no aceptar jamás la derrota y pelear sin cesar contra ella. Fernando indica como uno de los momentos de derrota el año 1970 y dice que fue donde Fidel “comprobó que lograr el despegue económico del país era extremadamente difícil, pero entonces apeló a los protagonistas, mediante una consigna revolucionaria: “el poder del pueblo, ese sí es poder”.” Hacer la revista era hacer la revolución en ese frente cultural y fue un proceso feliz pero como Fernando advierte en esta misma presentación en enero de 2017 “Para los revolucionarios, y durante los procesos de revolución, hay momentos felices y procesos felices, pero en las revoluciones verdaderas no hay coyunturas fáciles. Cuando puedan parecernos fáciles es solamente porque no nos hemos dado cuenta de sus dificultades”.
Desde esa visión de mirar en dónde estamos y en qué relación con los procesos, contextos y circunstancias nos encontramos y cuánto es posible mover los límites; se gestó, desplegó y permanece Pensamiento crítico.
El primer número de PC en la gráfica de su portada, expone las partes de un arma, y señala el percutor. Dentro de la revista explica en imágenes cómo hacer un coctel molotov, algo que ya había hecho antes la Tricontinental. Este era un número sobre la lucha armada, desde una concepción teórica, defendiendo las posiciones de los revolucionarios que se levantaban en armas en América Latina y marcando la postura marxista de la Revolución cubana lograda por una lucha armada, movilizada en un pueblo armado, en resistencia permanente ante la agresión del imperio norteamericano. Con esto se expresaban en la revista la posición de la revolución en contraposición a la política soviética.
Sin embargo al cierre de la revista, con 53 números en su haber, lo antecedió una polémica sobre cuán materialista científico era el marxismo que se defendía. Es curioso, porque no hay nada más materialista que un percutor de un arma, donde se prepara el disparo, violento sí, que reclame la vida que no permite espera.
Las circunstancias del 71 hicieron cerrar la revista y el Departamento, pero no la capacidad inveterada de pensar en función de la emancipación humana, de la ruptura de cadenas de opresión. En esos mismos días, de sobresaltos, de escaso sueño y sostén, de “noches febriles”, nacía otro texto en un amanecer habanero. Tan crítico como conceptual, Roberto Fernández Retamar ponía punto final a su ensayo Caliban publicado justamente en septiembre para reinterpretar “nuestro mundo”, a la luz exigente de la revolución y Cintio Vitier urdía su ensayo poético-histórico Ese sol del mundo moral. Sea ello una muestra de la inflexible capacidad crítica cubana.

Yohanka León y Félix Valdés
La Tiza

Nota:

[1] Ver R. López del Amo: “El libro cubano en la etapa revolucionaria”, Cubarte, 20 de noviembre de 2012.